POR DOUGLAS GÁMEZ
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A pesar de lo cercano de los acontecimientos no tengo en mente la fecha exacta en la que La Hora Voz del Migrante vio la luz, únicamente recuerdo las primeras jornadas intensas de trabajo de un grupo muy dedicado de compañeros que con su entrega y corazón hizo realidad un proyecto, cuya finalidad es ser el espacio para que uno de los sectores más valiosos para Guatemala, pero olvidado a la vez, se exprese.
Aunque supe de La Hora Voz del Migrante con meses de anticipación a su lanzamiento, el tiempo pasó muy rápido y lo que escuché siendo aún un debutante reportero en La Hora se convirtió en una edición histórica que no olvidaré y para la cual mi aporte fue ya como una especie de encargado de redes sociales y reportero web.
Con el pasar de las jornadas me involucré de lleno en el proyecto, mi contacto con los migrantes había sido poco, cercano a nulo, compañeros periodistas, de la universidad y principalmente amigos me ayudaron a concertar comunicación con guatemaltecos en Estados Unidos.
Sus historias me impactaron, por el amor a sus familias, su sacrificio, sus tristezas, frustraciones, alegrías y motivaciones.
Ya no encajaba en mi mente esa imagen que tenía de ellos, representados como una estadística de remesas o un informe periódico sobre guatemaltecos retornados.
La empatía era evidente en mí, en ese lapso de tiempo muchas cosas cambiaron, ahora tengo otras responsabilidades y mi periodicidad de publicaciones mermó, pero tuve la oportunidad de viajar a Maryland y convivir con ellos, observar claro de forma superficial cómo es su vida en Estados Unidos.
Y terminé de comprender la esencia de La Hora Voz del Migrante, este es su espacio, la oportunidad para que sean escuchados, para decir lo que tienen que expresar, porque su mensaje empujará al guatemalteco y al mismo migrante a entender las injusticias, a convencerse que Guatemala necesita cambios y que ustedes tienen el potencial de ser los arquitectos de esos cambios, porque han demostrado su capacidad para sobresalir ante la adversidad.
En esta primera columna que denominaré Desde La Redacción, únicamente buscaré animarlos, reconocer su entrega, y expresar lo que desde el grupo de compañeros que hacemos posible cada semana La Hora Voz del Migrante sentimos cada vez que leemos sus historias, sus miedos, sus preocupaciones, y sus propuestas. Un abrazo migrante, no te detengas, nosotros estamos con ustedes.