Por Douglas Cuevas
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Las advertencias de campaña del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se transforman en hechos a medida que su gobierno intensifica políticas represivas contra la comunidad migrante en EE. UU., y ha dejado en agonía el TPS para los hondureños, renovado hasta marzo de 2018, anulándolo para Nicaragua y Haití. A criterio del Organismo de las Naciones Unidas para la Migración (OIM) esta situación afectará a miles de indocumentados.
Ese fue uno de los puntos expuestos durante la celebración de la Conferencia Regional Sobre las Migraciones que llevó por lema “Mujeres Migrantes”. Según las estimaciones de la OIM, las mujeres migran para mejorar sus condiciones de vida o por situaciones de violencia en su país de origen.
Marcelo Pisani, director de la OIM para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe resaltó que las acciones del gobierno de los Estados Unidos están poniendo en aprietos a un gran número de migrantes que viven en dicho país norteamericano.
“Los TPS están activos (algunos) el que se suspendió fue el de Haití que afectó a 60 mil personas, el de Nicaragua que afectó a 6 mil personas, el de El Salvador que está activo y el de Honduras se renovó hasta marzo del próximo año”, precisó Pisani.
Pisani agregó que es necesario que los países de origen vean planes para mitigar el retorno de personas que incluso han hecho toda una vida (con más de 20 años en el extranjero) y aseguró que como OIM estarán brindando acompañamiento para crear las mejores estrategias de reinserción.
CUMBRE SE CENTRÓ EN LA MUJER MIGRANTE
La Conferencia Regional Sobre las Migraciones señaló que un 48 por ciento de las personas que migran a nivel mundial son mujeres, en la que resaltan tres escenarios como las principales causas de ese fenómeno social para las féminas.
“La cantidad de mujeres que representan el flujo es de 48 por ciento, ahora bien en los flujos intrarregionales la mujer es el 53 por ciento, hay una gran cantidad de mujeres que migran”, se conoció. Las principales razones por las que migran las mujeres son tres: reunificación familiar, las búsquedas de mejores condiciones de vida y condiciones de violencia.
JENNY: HONDUREÑA RADICADA EN FINLANDIA
Un ejemplo que pone nombre a lo expuesto en la Cumbre de Migración es el caso de Jenny, una hondureña que por cuestiones de preparación, para mejorar sus condiciones de vida se fue a Finlandia, país en que el que encontró el amor e hizo una familia. Esta historia forma parte de la campaña “Soy Migrante” de la OIM que impulsa historias de éxitos de los viajeros.
“Hace 26 años llegué a Helsinki gracias a un programa de intercambio cultural. Esa no fue la primera vez que me mudé de ciudad, pero sí de país. El choque cultural que experimenté fue muy fuerte, pero gradualmente me fui adaptando”, recuerda Jenny.
“Cuando vine a Finlandia comencé a trabajar en un campamento para niños. Allí conocí a personas de diferentes nacionalidades, tanto de Europa como de Latinoamérica. Fue más fácil congeniar con la comunidad latina, pues a diferencia de los europeos somos más joviales”, expresó.
Ella estaba preparada para ejercer como ingeniera pero la barrera cultural, precisamente el idioma impidió que pudiera trabajar de eso, por lo que al hablar inglés pudo ingresar a muchas empresas en infinidad de oficios para ir sobreviviendo, mientras aprendía a manejar con precisión el idioma local.
“En 1990 me mudé a Kokkola, una ciudad al oeste del país. Constantemente recibía cumplidos sobre mi cabellera negra y ojos oscuros. Rápidamente noté que la gente de aquí tiene pelo rubio y ojos claros. Así que, de cierta manera, ¡yo me destacaba donde quiera que iba!”, comentó.
Jenny ya tiene hijos y junto a su esposo han ido inculcando la cultura finlandesa al lado de la hondureña, puesto que afirma que en Honduras (como en muchos países centroamericanos) la familia es un bastión en la vida de los hijos.