POR DOUGLAS GÁMEZ
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Con el arranque de 2019, la comunidad migrante debe reflexionar del papel que jugará en un año clave para Guatemala.
Ya lo hemos mencionado, las elecciones generales, el primer voto en el extranjero, aunado al constante crecimiento del envío de remesas y la situación que viven los migrantes en un país que se ha vuelto más hostil a su presencia; hacen pensar que será un panorama complicado, pero del cual se pueden sacar provechosas experiencias y determinaciones para dar los pasos que tanto necesita el país.
La Hora Voz del Migrante ha hecho un ejercicio interesante y del cual podemos partir, en un reportaje central recopiló la difícil situación de la niñez migrante guatemalteca, los entrevistados señalaron cómo lamentablemente el Presidente perdió mucho de su mandato en una abierta confrontación hacia la CICIG, pero también la oportunidad de aprovechar aún el último año de su gestión para entrarle en serio al tema de la niñez.
Lo más importante es que surgieron propuestas, por supuesto que cuando se platica de temas que probablemente uno no conoce del todo y para los cuales no se ha preparado, pueden salir afirmaciones o planteamientos con errores e imprecisiones.
Pero la idea ahí está, lo importante es despertar los temas, debatirlos, perfeccionarlos y encontrar los puntos de acuerdo para echarlos andar.
La niñez realmente está sufriendo y mucho, las condiciones en el país no son las adecuadas para su desarrollo y crecimiento, menos el camino y aunque en Estados Unidos podrían desarrollarse mejor, es un riesgo migrar de forma irregular, porque podrían no llegar a su destino.
Los niños seguirán muriendo, aquí, en tránsito o en Estados Unidos, las tragedias continuarán y no es justo que nuestra niñez pague por los errores de generaciones pasadas y actuales.
Es momento de acordar y actuar para que no sigamos viendo los rostros de niños con hambre, afectados por la enfermedad o la violencia.
Jakeline y Felipe nos dieron una lección más, no creo que necesitemos más, es momento de parar esa situación y cambiar el panorama para las futuras generaciones; a nosotros nos queda poco y probablemente no veamos los resultados de ese esfuerzo, el Presidente si decide cambiar de parecer tampoco lo verá, pero en serio que vale la pena dar ese paso al frente para que la tristeza, las lágrimas de más madres no sigan cavando la tumba de nuestro país.