Por Pbro. Mauro Verzeletti, C. S.
Director de las Casas de Migrante, Guatemala y El Salvador
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Los sueños hechos cenizas tienen como punto de partida las caravanas de los migrantes, simultáneas, ocurridas recientemente en la región Norte de Centroamérica. La firma de los Acuerdos de Paz, celebrada con esperanza y utopía, alegremente ponía fin la desastrosa historia de horror que había golpeado la vida de millones de personas, las cosas se encaminaba hacia el resurgimiento de un nuevo orden social justo. Sin embargo, en pocos años, con la vigencia de la política de mercado neoliberal puso fin la esperanza de un nuevo horizonte histórico de justicia y dignidad.
La poca voluntad política para poner en práctica los Acuerdo de Paz, el resultado fue; que año tras año miles de personas empezaron a migrar por la violencia estructural, cansadas de sepultar sus seres queridos, de ver enfrentamientos, tiros entre la policía y jóvenes; jóvenes tratados como “bandidos”, considerados terroristas a través de leyes promulgadas por los Congresos de la República, sancionadas por los Presidentes. A partir de la falta de políticas públicas de seguridad, no sería exagerado hablar de ejecuciones extrajudiciales de los pobres y marginados.
En el transcurso de las caravanas, la prensa en general y las redes sociales se mantuvieron con las cámaras atentas, pusieron sus ojos fijos en la tragedia de miles y miles de centroamericanos, que abandonaban silenciosamente la patria querida que los vio nacer. En sus rostros reflejaban el dolor, el sufrimiento y, al mismo tiempo, en cada mirada marcaba la pauta de un nuevo futuro. La pregunta es: ¿por qué el trato diferenciado de los medios de comunicación de Estados Unidos, donde permitieron anuncios odiosos de parte del presidente Donald Trump, hacia las caravanas de migrantes?, como que se tratará de una casualidad inédita; ¿qué indignante ver a niñas y niños obligados a nacer en la ruta migratoria? Vivimos en un mundo globalizado donde nos dividen socialmente en clases o especies distintas de personas humanas.
Vale recordar, que las niñas, niños y adolescentes en caravana son de orígenes pobres y de familias humildes. Viven en la sombra del abandono del Estado desde la concepción. Con la ausencia de políticas públicas los caminos de los Estados se bifurcaron: 1. la ausencia de proyectos de desarrollo humano integral; 2. la esperanza de un futuro de mejor la han hecho trizas. Para muchos el sueño se convierte en pesadilla. La niñez empieza a morir desde el nacimiento. Qué crueldad ver los ojos de las autoridades indiferentes y sin compasión. Muros y políticas migratorias están transformando los sueños en cenizas. Llegará el día en que la paz y la esperanza sin fronteras renacerán.