Lic. José Antonio Guardado Martínez.
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¿Será que los procesos no son adecuados a la realidad y que por eso hoy no funcionan porque ya van más de tres meses que acá solicitantes de la condición de refugio esperan sentados como la Martina de la canción mexicana por aprobación o denegatoria de su solicitud?
Desde que se dieron las caravanas hondureñas, salvadoreñas y nicaragüenses; varios compatriotas o hermanos centroamericanos solicitaron refugio y se comenzó hacer los respectivos estudios y análisis para proponer a consideración de “La Comisión”; que vaya saber quiénes la integran y se sigue esperando respuesta expresan varios hermanos centroamericanos que decidieron quedarse en República de Guatemala.
Pregunto: ¿Quién audita o exige que cumplan con el trabajo de ese tipo a los organismos o asociaciones socias de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas – ACNUR? O es que no existe interés en aprobar dicha condición, que al fin y al cabo no se invierten quetzales o dólares solo de Guatemala, sino que con aportes del conglomerado de naciones miembros aglutinadas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Estados Unidos de Norte América (USA). Burrocracia, perdón Burocracia existe acá y en cualquier país, pero es el colmo poder ver al llegar a las oficinas involucradas a todo el personal, chateando, tomando café, leyendo los periódicos y catálogos de ventas diversas; dándose el lujo expresan: –Permítame que ya le atiendo, espere afuera por favor que hay le llamo en breves minutos– y pasan minutos, tras minutos y algunas veces hasta horas, terminando la espera en: Disculpe ¿será que puede regresar otro día? Porque se nos acaba de llamar a reunión y al momento salen con bolsas, maletas y carteras porque la jornada del día terminó.
No hay empatía o compromiso con la causa o tema de migrantes. La situación es grave a nivel nacional e internacional porque hasta el dirigente religioso Francisco, jerarca de la Iglesia Católica lo sigue denunciando y exigiendo el trato merecido al que se tiene derecho en el mundo. Debemos preguntarnos cuántos migrantes mueren a diario solo en Centroamérica en travesías por buscar un futuro mejor y que por el desplante de personas que nunca han tenido que huir de sus países de origen. Sí retomamos solo para hacer consciencia en 2014 fueron 307, en 2015 fueron 339 y en 2016 sube a 398. Ya en 2017 fueron más de 400.
También en 2018 se suman 386 inmigrantes en el paso fronterizo, presumiendo que 100 eran centroamericanos y 86 de América del Sur. Al final del año 2018 terminó con más 4 mil 500 migrantes muertos en su viaje. Estos de diferentes nacionalidades solo en el continente americano. Dónde está el esfuerzo o trabajo humano a favor de todo migrante. De nuevo qué hacen o están haciendo los gobiernos de turno para evitar tanta tragedia que sufrimos como seres humanos migrantes. Ya no existe cargo de consciencia que pudiendo evitarlos se siga fomentando el desplante e indiferencia en todas las instituciones del Estado involucradas y organismos que se lucran utilizando este tema como protectores de migrantes.
Donde están los fondos, en qué se invierten si son asignados para que den asistencia sin distingo de clases u orígenes. Es no engavetando solicitudes de condición de refugio que podemos colaborar en parte y evitar que mueran migrantes a la deriva en cualquier lugar del continente americano y el mundo.