Por Evelyn Leiva
[email protected]
Los migrantes que viven en Estados Unidos de América siempre tienen situaciones legales que resolver en Guatemala, y a pesar de ser la mayor fuente de divisas para su país, siguen siendo tristemente los hijos de la patria más olvidados, desatendidos, discriminados y violentados en sus derechos, por las autoridades de Guatemala, especialmente por el sector justicia.
El visitar los Estados Unidos de América, por un corto período de tiempo, nunca dará una perspectiva completa de cómo se vive en este país y tampoco permite conocer la realidad con la que tienen que lidiar los migrantes, tanto con las autoridades de Estados Unidos de América como con las de Guatemala.
En Estados Unidos de América se gana en dólares, pero de igual forma también se pagan las cuentas en dólares; y el estatus migratorio de la gran mayoría de guatemaltecos en este país no es regular, así que, no se cuenta con contratos de trabajo, no existe estabilidad laboral, aunado a que la mayor parte de la comunidad trabaja en el sector de construcción y jardinería, durante el verano, bajo temperaturas de más de 100 grados Fahrenheit, en invierno recogiendo nieve bajo temperaturas congelantes, viviendo día a día la discriminación, la lejanía de los seres amados, con el constante delirio de persecución, tratando de llevar el más bajo perfil, para no ser percibidos por la policía estadounidense. En este país no existen hospitales gratuitos, ni farmacias que surtan sin receta médica, aquí el vehículo no es un lujo, es una necesidad para transportarse a los puestos de trabajos, y por supuesto es una obligación aunque se viva con familiares, pagar el alquiler, contar con un seguro de vehículo, teléfono, pagar por la comida y otros servicios los cuales todos deben ser cancelados en dólares, además, que la gran mayoría siempre envía dinero para sus familiares, dejándoles un mínimo para sobrevivir. Así que, aunque se perciba algunos dólares, no todo es ganancia.
En Guatemala la justicia se sirve en plato frío, a plazos, a tirones y empujones, esa es la realidad que obedece no solo a falta de voluntad de algunos oficiales y jueces, sino por el excesivo trabajo de algunos sectores, sin embargo, si para los que viven en Guatemala, la justicia y solución a sus problemas legales ya es difícil, imagínese usted para quienes viven aquí, en el Norte.
Este es un llamado a los oficiales del Ministerio Público, oficiales y secretarios de los Tribunales de Justicia, a los señores jueces y magistrados, a la Procuraduría General de la Nación, a las autoridades del Registro Nacional de las Personas -Renap- a que se sensibilicen a las necesidades del migrante, a que antes de dictar pensiones alimenticias fuera de la realidad en Guatemala, que tengan en cuenta que no todos tienen estabilidad laboral, que en cualquier momento pueden ser deportados, que lo que se gana en dólares aquí, no se puede simplemente convertir en Guatemala, como que se viviera en quetzales. Que tomen en cuenta, que los migrantes también necesitan justicia, muchos de ellos están en peligro de ser deportados, por la falta de acción legal de muchos de ustedes, que la situación migratoria de muchos puede ser cambiada para bien, por una sencilla resolución que espera ser firmada por usted funcionario del sector público o sector justicia. Que son ustedes, quienes a falta de la presencia física de los migrantes, los encargados de velar por los intereses de ellos en Guatemala.