Por Grecia Ortíz
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Con el apoyo de su madre, quien vive en Estados Unidos, Sandra Paola Díaz busca salir adelante en Guatemala y promover el éxito de un comedor que recientemente inició con esfuerzo, y con la esperanza de un futuro mejor.
Sandra Díaz vive en Gualán, Zacapa, y desde hace unos meses con el apoyo de su mamá, Sandra López, ha logrado impulsar un negocio que inició con la venta de helados y otros alimentos.
Díaz López comentó a La Hora Voz del Migrante que vive en Guatemala junto a su papá y hermano menor, mientras que su hermano mayor y mamá residen en Estados Unidos.
“Con mi mamá hablo todos los días, con ella la comunicación es de todos los días en las mañanas y en las noches. La ayuda de ella ha sido indispensable con nosotros, con todos, con mi familia y hermano menor. Por eso más que todo ella se fue para buscar una manera de salir adelante ella”, comentó.
Con el apoyo de su familia, Díaz López, decidió emprender un comedor por su cuenta en Gualán Zacapa, su madre desde el extranjero siempre la ha animado a que siga adelante y no se detenga ante ningún obstáculo.
“Mi madre es un ser maravilloso y nos ha dado un gran ejemplo a nosotros de cómo poder ayudar uno a las demás personas, aunque uno no sea millonario, aunque no tenga nada que le sobre, pero siempre está eso de ayudar a quien lo necesita y eso siempre nos lo ha inculcado. Lo ha demostrado con nosotros y la demás gente”, comentó.
Díaz López señala que el apoyo de su madre es invaluable y es quien los motiva desde lejos a seguir adelante: “Ella es la mujer maravilla, la amamos con todo el corazón y la extrañamos todos los días, pero sabemos y somos conscientes del porqué ella está en Estados Unidos”.
ASÍ INICIÓ EL COMEDOR NULI
La guatemalteca señala que decidió poner su negocio porque siempre le ha gustado valerse por sí misma y no depender de nadie, por lo que empezó vendiendo refacciones y helados en su casa, y desde entonces se dio cuenta que era algo en lo que le iba bien.
Al mismo tiempo, se dio cuenta que a sus clientes les gustaba lo que hacía y por eso decidió aventurarse, aunque no ha sido sencillo, asegura que poco a poco ha ido superando temores con el apoyo y consejo de su familia.
“Nos costó un poco conseguir y arreglar todas las cosas, pero desde hace un mes abrimos y ya tenemos todo formal gracias a Dios. Hubo momentos en que yo dudada si me iba ir bien o no, pero como ya tenía clientela de antes ya la gente viene a consumir mis platillos”, dijo.
En su comedor, los comensales encuentran desayunos, almuerzos y cenas a bajo costo. Aparte vende refacciones, hamburguesas, quesadillas con diferentes tipos de queso y carne, que son propias del lugar y las cataloga como de su especialidad.
Además, en el restaurante tienen a la venta pan de canela que asegura es una receta familiar elaborada por su tío y a quien le ayuda a revender. “Nos ayudamos entre familia”, dice.
Conforme pasan los días, señala que es más la clientela que llega; incluso asegura que hay ocasiones en que se queda sin almorzar porque la demanda es alta.
MI MAMÁ ME DICE QUE NO ME RINDA
Su jornada de trabajo inicia desde muy temprano explicó Díaz López, puesto que los desayunos son los primeros en ser solicitados, y deja el negocio hasta la noche.
“A veces en los negocios al principio cuesta, pero gracias a Dios nos ha ido bien y mi mamá me dice que no me rinda. Siempre me apoya, está contenta porque estoy haciendo mis propias cosas”, dijo.
En un futuro, Díaz López espera que su negocio se pueda ampliar y se dé a conocer en otros lugares. Su consejo a quienes inician un reto similar es que siempre busquen salir adelante y se impongan retos, que los hagan crecer para hacerse fuertes. “Es mentira eso de que uno es pobre y que así se tiene que crear, hay que aprovechar y salir adelante”.
El apoyo de su esposo Jonathan Acevedo asegura que ha sido vital para seguir adelante, porque fue su esposo quien la ayudó a arreglar las mesas y sillas del comedor. “Dejo todo como como si fuera nuevo, él se encargó de la pintura del local. Su aporte es indispensable, porque ahora él cuida a mis hijas y limpia la casa. La verdad es un hombre de los pocos que uno ve aquí”.
El nombre del comedor “Nuli”, se debe al nombre de sus hijas. Díaz López hace la invitación, para que las personas que viajen a Gualán, Zacapa, visiten el comedor Nuli, en el barrio La Estación de dicho municipio, en donde podrán degustar los platillos que elabora la guatemalteca, sobre todo el pan de canela, que es uno de los preferidos por sus clientes.
“Mi madre es un ser maravilloso y nos ha dado un gran ejemplo a nosotros de cómo poder ayudar uno a las demás personas, aunque uno no sea millonario, aunque no tenga nada que le sobre, pero siempre está eso de ayudar a quien lo necesita y eso siempre nos lo ha inculcado. Lo ha demostrado con nosotros y la demás gente”.
“A veces en los negocios al principio cuesta, pero gracias a Dios nos ha ido bien y mi mamá me dice que no me rinda. Siempre me apoya, está contenta porque estoy haciendo mis propias cosas”.
SANDRA DÍAZ