Por Rodulfo Santizo
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Un candidato de visión de largo plazo y no de elección es lo que Guatemala necesita en estos tiempos, con un equipo de asesores profesionales conscientes de que la nación requiere de un orden urgente y no de improvisaciones como paso con el gobierno del emergente Jimmy Morales, al cual la población eligió por pura emoción, sin considerar sus alcances y capacidades, porque solo tenía un plan de gobierno de cinco miserables hojas.
Es necesario que todos los partidos que tienen ideas en común se unan para educar y convencer a la población de que no se dejen engañar por las regalías y populismo de los políticos tradicionales y si es necesario que acepten tales obsequios, pero que no vendan su voto por una gorra, playera, fósforos, banderines, cancioncitas, raciones y unos cuantos quetzales.
Guatemala requiere de una reorientación en los tres poderes del Estado y sus diferentes niveles, no se puede continuar en la prueba y error, en haber cómo sale, gastando y endeudando al país por no tener al frente un equipo experto en desarrollo que con un verdadero plan de nación de largo plazo pueda sacar del atraso por tantos indicadores socioeconómicos que no somos capaces de superar.
Aún estamos a tiempo de que la oferta electoral se simplifique y que aparezca una unión entre los partidos que comparten ideología y que están a favor de cero corrupción, impunidad y un estado de derecho fortalecido, para que se unan en un solo frente, porque como se presenta el abanico electoral, confunden a la población, principalmente a la gente del área rural y algunos cuantos de los que estamos más leídos e instruidos.
Por otro lado hay muchos guatemaltecos que aspiran a ocupar cargos públicos por elección y no cuentan con las capacidades, arrastre y sustento social para proponerse, se les hace la invitación a que desistan y dejen que los guatemaltecos que llenan los requisitos, ocupen esas plazas, aquí se trata de ser honestos y no llegar solo por un capricho personal, que a larga perjudicará al proceso de cambio, porque cuando están en el poder no saben qué hacer y solo van a desquitar el salario o buscar cómo aprovechan ese puesto para seguir la corrupción e impunidad.
Como decía cierto aspirante a presidente en una entrevista, para ser candidato a elección debería haber un examen de oposición en los partidos políticos, validado por el Tribunal Supremo Electoral, donde los candidatos demuestren realmente sus capacidades y conocimientos en función pública y que haya oportunidad de retrancas si es necesario para que tengamos opciones verdaderas en votar por personas idóneas para dichos cargos.
Todos los electos se transforman en estadistas al llegar al poder, tanto presidentes, diputados, alcaldes, síndicos y concejales por eso es importante que consideren y analicen a que se están metiendo porque esto no es un juguete; son los destinos de un país o de un territorio pequeño como son los departamentos y municipios. Recordemos que la política no es un negocio, no es ver cuánto invierto y cuánto voy a sacar después, aquí es ver qué se hace por nuestro pueblo que cada día se hunde en el fango por tanta corrupción, con no robar, estamos dando el primer paso.
A veces se dan cuestiones personales por querer alimentar ese ego en llegar a ocupar puestos que no son de nuestro alcance por no contar con la experiencia y más que todo el conocimiento y experiencia para ser coordinador del desarrollo y progreso de nuestro país o localidad por la que esté corriendo en un cargo por elección.
Estamos a tiempo, se los repito mis amigos guatemaltecos, dejemos que los que llenan los requisitos sean nuestros candidatos y no nos encaprichemos por llegar a ocupar cargos en los que posiblemente se haga el ridículo y nos desprestigiemos de por vida.
Esto es para el futuro inmediato, es urgente que la población piense en la formación de estructuras e instituciones políticas verdaderas con bases legales en los 340 municipios y 22 departamentos de Guatemala, donde los principios democráticos sean los que definan los cargos y propuestas para elecciones futuras.
Solo con instituciones formales, bien estructuradas con ideología definida, lograremos cambiar esta forma tan empírica de hacer política en Guatemala, es urgente formar cuadros y bases partidarias con formación del recurso más importante, como lo son los afiliados de los partidos, dentro de un orden de inclusión con legalidad, legitimidad y representatividad.