¿Podría EE. UU. sobrevivir un día sin el trabajo de 27.2 millones de migrantes?

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Por Grecia Ortíz
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Los guatemaltecos Osbeli, Fredy, Genaro y Leonel nos cuentan cómo incide su trabajo en la vida de la población. Ya sea preparando desayunos, lavando utensilios de cocina, barriendo grandes edificios de departamentos, limpiando o construyendo casas, cosechando frutas en el campo; los migrantes representan para Estados Unidos una importante fuerza laboral que muchas veces es pasada por alto.

El Consejo Americano de Inmigración, una organización sin fines de lucro que desarrolla contenidos sobre leyes de inmigración de Estados Unidos,  destacó que en 2015 unos 27.2 millones de trabajadores inmigrantes representaron el 16.9 por ciento de la fuerza laboral en EE. UU, con diferentes tipos de ocupaciones. Además, aportan con miles de millones de dólares en impuestos.

Pero trabajar por largas jornadas no es sencillo, según contaron migrantes a La Hora Voz del Migrante.

Algunos señalan que no importan las condiciones del clima, su trabajo siempre está ahí permitiendo de esa manera que el resto de personas puedan desempeñar sus labores diarias y por eso creen que se debería valorar lo que hacen.

Los migrantes sostienen la economía de países como Guatemala. Recientemente el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) señaló que las remesas constituyen el principal respiro de la economía nacional.

Hasta noviembre de 2018 el envío de remesas se estimaba en US$8 mil 444 millones.

LA GUATEMALTECA INDOCUMENTADA QUE TRABAJABA PARA TRUMP

Recientemente The New York Times contó la historia de una guatemalteca indocumentada en el Club de Golf de Donald Trump, que demuestra que los migrantes también han tenido un rol importante en las empresas del Presidente que constantemente ataca a quienes llegan a ese país buscando salir adelante con su esfuerzo.

Con frecuencia el presidente Trump lanza sus ataques en contra de la población migrante, señalando costos y medidas en su contra, incluso cuando se conoció por un reportaje del medio estadounidense New York Times que el campo de golf que pertenece a una de las empresas del Presidente contrató a algunos migrantes indocumentados, una de ellas de origen chapín.

La guatemalteca Victorina Morales desempeñó diversas labores por varios años, como tender camas y limpiar trofeos del Trump National Golf Club Bedminster ubicado en Nueva Jersey, según reportó el The New York Times. Esto aun cuando estaba de manera irregular en el país.

Morales pasó de cultivar maíz en Guatemala, y tras migrar se encargó de arreglar las almohadas de Trump en el exclusivo club de golf.

En el sitio, los migrantes mantienen las áreas verdes regadas y arregladas, además, limpian y dan mantenimiento a las casas de campo y suites que rodean la piscina climatizada, señala el reportaje.

La investigación destaca que Morales trabajó de manera irregular en el lugar, por lo menos hasta el momento de la entrevista, destacó que en una oportunidad Trump le preguntó por su lugar de origen y le dijo, “los guatemaltecos son personas muy trabajadoras”, al momento que le entregó un billete de 50 dólares, en reconocimiento a su trabajo.

Según cita el NYT, Trump tiene un largo historial de depender de los migrantes en su club de golf y hoteles. A pesar que en 2017 firmó una orden ejecutiva de “Compra estadounidense, contrato estadounidense” que hizo más estrictas las visas para los trabajadores extranjeros, sus compañías han contratado a cientos de extranjeros mediante visas de trabajador invitado.

MIGRANTES REPRESENTAN IMPORTANTE PORCENTAJE DE FUERZA LABORAL

Por eso imaginar un día sin el aporte de migrantes resulta casi imposible de visualizar, señalan guatemaltecos consultados.

Según el Consejo Americano de Inmigración, unos 27.2 millones de trabajadores inmigrantes representaron el 16.9 por ciento de la fuerza laboral de los EE. UU., en 2015. De ellos, unos 3 millones son guatemaltecos.

Los migrantes trabajadores se desempeñan en diferentes industrias como el cuidado en salud y asistencia social principalmente, seguidos de manufactura, alojamiento y servicios de alimentación comercial al por menor y construcción. (Ver recuadro)

Por eso el Consejo, en su boletín destaca “los inmigrantes son una parte integral de la fuerza laboral de los EE. UU. en una variedad de ocupaciones”.

En 2015, el estudio señala que los trabajadores inmigrantes fueron los más numerosos en grupos de ocupación como limpieza y mantenimiento de edificios y terrenos, entre otros.

EN 2014 APORTARON MILES DE MILLONES EN CONCEPTO DE IMPUESTOS

Asimismo, las estimaciones apuntan a pago de impuestos por los migrantes, con lo que aportan miles de millones de dólares a Estados Unidos.

“Los hogares liderados por inmigrantes en los Estados Unidos contribuyeron con un total de US$ 223.6 mil millones en impuestos federales y US$ 104.6 mil millones en impuestos estatales y locales combinados en 2014”, dice el Consejo Americano de Inmigración.

GENARO JACINTO, DE JARDINERO Y REPARTIDOR DE PIZZA A AYUDANTE DE ENFERMERÍA

Genaro Jacinto relató que llegó solo a Estados Unidos sin saber inglés, sin embargo, se esforzó y mientras trabajaba se dedicó a estudiar por las noches durante un año, así fue como aprendió.

Dejó a su familia y amigos en el municipio del Viejo Palmar, Quetzaltenango, hoy conocido como el Nuevo Palmar, lugar del que aún guarda buenos recuerdos de su infancia.

Aunque ha logrado superarse, Genaro recuerda que sus primeros oficios fueron relacionados al trabajo y limpieza en jardinería, tiempo después su trabajo consistía en entregar pizzas a domicilio en residenciales y grandes empresas.

“Como tenía tercero básico de Guatemala, podía sacar aquí otro estudio, me gradúe como del nivel 12 que es como un Bachillerato acá y con eso ya puede uno estudiar más cosas y bueno, yo soy asistente de enfermero y lo que hago es apoyar a los enfermeros, puedo trabajar en centros de asilos o en hospitales”, comentó.

SU TRABAJO CUENTA

Si él no trabajara en Estados Unidos, decenas de personas se verían perjudicadas y no recibirían las atenciones que brinda, ya sea tomando presión arterial, apoyando a enfermeros o preparando a quienes necesitan otro tipo de atenciones.

“He trabajado varias horas, a veces hasta siete horas y media, pero si uno quiere se puede hacer doble turno y eso siempre lo puede hacer uno porque hay turnos de 24 horas también”, expresó.

Durante su trabajo, explicó que las personas con las que se ha relacionado le han expresado su agradecimiento por lo que hace, y eso afirma que lo motiva a seguir mejorando.

QUITAN LA NIEVE EN EL INVIERNO

Sin dudarlo, afirmó que los migrantes siempre se han destacado en lo que hacen porque vienen de un país donde trabajan arduamente.

Además, destaca que si en los pueblos de Guatemala se ha alcanzado algún tipo de desarrollo, todo es gracias al trabajo que ellos han logrado porque se esfuerzan por dar lo mejor a sus familias y al pensar en que no exista un apoyo de migrantes, tan solo por un día, las consecuencias serían graves.

“El trabajo que hacemos por supuesto que es pesado y las personas de acá no tan fácil lo harían, porque se han criado en un ambiente más suave y cómodo”, aseguró.

Durante el invierno, las condiciones son, incluso, más complicadas porque los migrantes, aun con el frío que hay, se ocupan en limpiar las calles como parte de su trabajo, esto facilita que el resto de personas pueda salir y desempeñar sus actividades.

FREDY, CONTADOR EN GUATEMALA Y AHORA TRABAJA EN PINTURA EN EE. UU.

Desde Maryland, mientras preparaba sus implementos de trabajo, Fredy conversó vía teléfono con La Hora Voz del Migrante y recordó que su historia como migrante empezó hace unos 18 años. El futuro de su familia, principalmente las preocupaciones los llevaron a migrar, eso sí, todos juntos.

El guatemalteco afirmó que siempre pensó en que su hijo no encontraría trabajo y no lograría superarse en el país.

Por supuesto, todo este cambio para él en especial fue complejo, principalmente porque siempre había estado dentro de una oficina “yo soy contador y programador, pero usted sabe que en Guatemala uno pasa de una edad y ya no le dan lugar en las empresas”.

Recién llegado al país, su misión fue esforzarse, en un principio empezó a desarrollar su trabajo en pintura y conforme los años pasaban logró más confianza y experiencia.

“Cuando recién viene (usted) tiene que trabajar de lo que haya y por necesidad lo que encuentra no es de lo que quiera… no hay opciones y al final aquí le pagan más”, opinó.

LABORAN AÚN EN CLIMAS ADVERSOS

Sin duda todo cuesta, a la hora de comer lo hacen en el lugar que encuentren, ya sea en un carro o en el suelo.

No duda que su labor beneficia a muchas personas y en la actualidad depende del salario de una empresa que lo contrató.

“Pero esto cuesta, porque cuando hay frío se siente bien helado y cuando es calor es desesperante, pero ahí estamos los migrantes sin detenernos, a todo le hace uno”, comentó.

LOS MIGRANTES NO SON UNA CARGA, AL CONTRARIO, APORTAN A LA ECONOMÍA

Imaginar un día sin migrantes para el entrevistado resulta complicado, principalmente porque todas las personas dependen de otros servicios, en los que siempre hay personas que facilitan la vida de otros.

“Cuando cae nieve los que la quitan de las calles somos los migrantes, los de aquí olvídese, los hispanos siempre estamos ahí, algunos llevan horas haciendo eso paleando nieve, además, todas las casas que tienen patio atrás siempre necesitan de quien corte la grama y sobre todo cuando la temperatura está alta ¿y quién cree que lo hace? es el migrante, igual pasa cuando las casas son nuevas y se necesita reparar, ahí estamos nosotros”, apuntó.

Otra de las ventajas para los empleadores en EE.UU., radica en que los salarios que pagan a los migrantes indocumentados son menores, aunque sí pagan sus impuestos porque saben que eso es lo que corresponde de acuerdo a la ley.

Por eso Fredy está en desacuerdo con los comentarios emitidos por el presidente Trump, quien en varias oportunidades ha mencionado que los migrantes significan una carga al país, porque para él, su aporte constituye un alivio para la economía, porque trabajan y desarrollan labores que nadie más haría.

En promedio, labora unas diez horas diarias y sus responsabilidades implican pintar viviendas.

LEONEL ARENAS: HACEMOS TRABAJOS QUE ELLOS NO QUIEREN HACER

El guatemalteco Leonel Arenas, residente en Connecticut EE. UU., dijo que si un día ellos decidieran paralizar sus labores, entonces el país se daría cuenta el aporte que dan a la economía con su trabajo.

“Somos personas que venimos a trabajar y tratar de sacar nuestras familias adelante y también para tratar de sobrevivir. Hacemos trabajos que los americanos no quieren hacer, entre limpieza, construcción, lavar platos en un restaurante, hasta en un cajero de restaurante, en todo estamos”, agregó.

Leonel se esfuerza todos los días por salir adelante, ahora tiene dos empleos con los que acumula más de 40 horas laborales a la semana y así solventa sus gastos diarios y los de su familia.

Todos los días, el guatemalteco se encarga de limpiar un edificio de apartamentos donde se ocupa de limpiar los pasillos, el lobby, el gimnasio y otros sitios. En el segundo empleo, un edificio de clínicas médicas, se encarga de mantener todo en orden para que esté preparado todo el día para los pacientes que se acercan a recibir atención.

LIMPIA DOS EDIFICIOS, UNO DE APARTAMENTOS Y OTRO DE CLÍNICAS MÉDICAS

“Hay niños que pueden botar algún líquido, pues yo soy el responsable que todo sea removido y que todo esté limpio y presentable, ahora trabajo por lo menos 50 horas a la semana de lunes a viernes, pero debo decir que la mayoría de los migrantes trabajamos en la limpieza, restaurantes y construcciones”, anotó.

El guatemalteco recordó que en una oportunidad una organización instó a que los migrantes no salieran a trabajar, con el objetivo de demostrar el aporte que dan a la economía y vida en Estados Unidos, “sin nuestra mano, no se mueve este país”.

“Yo digo que si todos nos detuviéramos y no limpiáramos aquí verían que sin nosotros no hacen nada y entonces se darían cuenta lo necesario que somos y tal vez considerarían o nos darían una oportunidad para ver de qué manera logramos un permiso de trabajo o arreglar nuestro estatus migratorio”, anotó.

Finalmente afirmó que para Guatemala y sus comunidades, que son beneficiarias de las remesas, imaginar un día sin migrantes resultaría en un colapso de la economía, “recuerde son miles de dólares los que se envían en remesas”.

“No somos como el presidente Trump nos ha pintado, con todos los calificativos despectivos que hay, sabemos que en algunas ocasiones si tiene razón, pero no son la mayoría, muchos nos sabemos adaptar y comportar. Aquí las leyes se cumplen”, dijo.

SIN SU LABOR, FAMILIAS SE QUEDARÍAN SIN REPARAR SU VIVIENDA

Luego de finalizar la jornada laboral, Osbeli un guatemalteco residente en EE.UU., cuenta a La Hora Voz del Migrante que llegó a Estados Unidos en 2004. Decidió irse porque en Guatemala las oportunidades de superación eran y continúan siendo limitadas.

Antes de migrar, el entrevistado trabajaba y estudiaba, sin embargo cree que las oportunidades en el país son pocas.

Con el tiempo aprendió el oficio de la jardinería, luego renunció y deseaba conocer más. Después se pasó a una compañía que se dedicaba al trabajo de plomería y ahí se dio cuenta que podía aprender más. Y al mismo tiempo estudiar la materia todo los fines de semana me dediqué a esto de la plomería y también en la carpintería y de repente empecé a trabajar por mi propia cuenta, ahora me dedico a remodelar casas”, explicó.

El entrevistado cree que sin su labor y la de miles de migrantes muchas familias se verían afectadas porque no podrían realizar las reparaciones que sus viviendas necesitan.

“Estados Unidos es un país de migrantes, indiscutiblemente ellos necesita. La mano de obra de los migrantes nosotros aportamos bastante, pero sí creo que con lo que aportamos a la economía nuestros gobernantes deberían invertirlo mejor”, sobre todo en las áreas rurales apuntó.

A diario trabaja unas diez horas, aunque puede variar, usualmente la mayoría de reparaciones se las piden en la época de verano y en invierno trata de ahorrar lo máximo para sobrevivir.

En algunas oportunidades Osbeli comenta que le ha tocado que palear nieve, trabajo que en gran parte es realizado por migrantes.

“Todo trabajo es difícil, cada una de la labores lo cansa a uno y se tiende a aburrir uno, al palear nieve a uno le duelen las manos, pies y se siente mucho frío, pero se puede hacer y así ayudamos a otros a que sigan con sus tareas en las empresas y a que hagan sus compras”, destacó.

NO SOLO APORTAN ECONÓMICAMENTE

Para el economista Jorge Santos, pensar en un día sin migrantes es pensar que el país como tal no existiría, porque se entiende que EE.UU. tiene su historia en ellos.

“Pensemos en los aportes científicos, culturales, sociales que los migrantes le han dado a la sociedad norteamericana sin lo cual no serían lo que en la actualidad son”, aseguró.

Además, anotó que ahora, pensar en que no estén por un día aportando también significa que algunos gobernadores, alcaldes y hasta congresistas, quienes son migrantes, no aporten con su labor.

Por otro lado, pensar en que Guatemala deje de contar con remesas, tendría consecuencias graves y devastadoras porque anualmente inyectan al país miles de millones de dólares.

“Hay familias que no ingresan a la pobreza y pobreza extrema gracias a las remesas que sus familias les están enviando”, apuntó.

En ese sentido, aseguró que si Trump cree que con las políticas antiinmigratorias traerá mayor bienestar para la sociedad está muy alejado de la realidad.

RECOGER FRUTAS EN EL CAMPO ES DURO

Finalmente, el guatemalteco Carlos Rodríguez en Chicago, señala que la fuerza laboral de los migrantes en su mayoría es joven y aunque sin experiencia han logrado destacarse. Como ejemplo señaló que muchos laboran recogiendo diferentes tipos de frutas en el campo.

“Me han contado que recoger naranjas es un trabajo complicadísimo porque dicen que en una escalera van jalando y metiendo la fruta en una bolsa, todo esto bajo el sol y eso es duro”, explicó.

En la industria del servicio, a los migrantes se les puede ver lavando platos o trabajando como meseros y chefs en diversos restaurantes en todo el país.

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