El gran problema de Guatemala es que no tiene políticas para atajar los grandes problemas que, entre otras cosas, aseguran marginación, pobreza y mucha migración. No solo la comunidad migrante y sus familias están en el olvido, sino que el abandono es generalizado para las clases menos dominantes aunque sean una mayoría.
Y el problema es que para cambiar el rumbo del país necesitamos políticas definidas y coherentes porque de lo contrario, solo nos dedicamos a entretener los problemas y echarles tierra para tratar de maquillarlos o desaparecerlos.
Y es aquí donde surge el reto para la comunidad y sus familias, porque ante la falta de políticas de Estado que sean capaces de cambiar la realidad, la clave se vuelve la creación y diseño de políticas de nación que ayuden a cambiar las realidades en educación, salud, nutrición, seguridad, justicia, creación de oportunidades y un largo etcétera.
No podemos seguir dependiendo exclusivamente de los políticos porque ya sabemos qué resultados nos ofrecen, ni tampoco podemos seguir bajo la bota de los intereses especiales porque siempre velarán por el derecho de su nariz, y tendrán como prioridad hacer dinero a cualquier costa, aunque eso signifique incumplir las reglas.
Cada ciudadano debe creer en su capacidad de organizarse y unirse para trabajar por un frente común, y se debe fortalecer la habilidad para poder aterrizar alternativas claras, contundentes y realizables para proponerlas e intentar materializarlas en busca de un cambio.
Nunca antes en la historia el futuro ha dependido tanto de nuestra habilidad para trabajar de la mano, para alcanzar consensos que nos permitan una unión que se traduzca en iniciativas, y por eso es momento de limar asperezas, de resolver diferencias y de ponernos a trabajar juntos.
Si la comunidad migrante no sabe aprovechar el poder que le da el envío del fruto de su esfuerzo, será muy difícil incidir, y si no se incide, el cambio es casi imposible. En otras palabras, el futuro pasa por la habilidad de la comunidad para articular consensos. El cambio de Guatemala, depende de usted, de todos.