POR EDNA SANDOVAL
Estados Unidos se ha convertido en la casa de muchos migrantes guatemaltecos que han decidido volverse parte de la diáspora. Las condiciones de quienes se mudan acá varían de persona a persona, sin embargo una masa importante de quienes deciden migrar lo hacen para conseguir movilidad económica.
Uno de los fenómenos interesantes que enfrentan quienes se mudan a Estados Unidos es que al llegar a este territorio se convierten en parte de una homogénea comunidad “latina”.
La comunidad latina dentro de sus ramas tiene a las sociedades centroamericanas migrantes y dentro de ellas a los migrantes guatemaltecos que al pasar por el proceso transnacional caen a ser parte de una estadística de desplazo que cabe en un cuadro geográfico y gentilicio.
Sin embargo esto debe de preocuparnos pues es una repetición de los procesos coloniales en donde al llegar los colonizadores las diferencias étnicas y culturales de los pueblos indígenas fueron borradas y se concedió la figura del indígena como una sola.
Guatemala, y específicamente, sus pueblos originarios han hecho una labor de resistencia admirable en la conservación de sus idiomas mayas y sus tradiciones que diferencian a unas comunidades indígenas de otras. Sin embargo, este nuevo proceso de diáspora y desplazo está nuevamente borrando las identidades indígenas de los migrantes, que en el proceso de traslado son percibidos como un migrante guatemalteco plano, invisibilizando su legado étnico y racial.
Este proceso casi invisible pero palpable debe de ser atendido en orden de entender también, los procesos de desplazamiento en donde, un importante número de la diáspora está construida por inmigrantes indígenas de áreas rurales, que buscan una vida mejor en Estados Unidos, a falta de oportunidades en su propio país. Invisibilizar u homogenizar a las masas migratorias indígenas, es también invisibilizar los procesos de explotación del cuerpo indígena en la estructura de poder en Guatemala. Desde la nueva construcción de poder soberano, Guatemala adoptó en neocolonialismo en donde implementó nacionalmente una estructura de clases y producción mercantilista que explota a las comunidades indígenas.
Ahora tenemos la perpetuación de ese modelo en la implementación de políticas neoliberales en donde las estructuras de poder-clase-etnia-raza siguen perpetuando la explotación del cuerpo indígena y a la vez, coartándoles la capacidad de poder desarrollarse económicamente. Si vamos a hablar del problema de la migración a Estados Unidos, debemos primero hablar de las estructuras de poder en Guatemala y como estas perpetúan la explotación de nuestros pueblos originarios que merecen más que una dignificación, una reparación histórica.