Por Juan Carlos Pocasangre
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Respetados lectores esta vez les presento esta hermosa e importante historia de amor, sacrificio y arte lo cual me hace sentir, recordar y ver el sacrificio que hacen los migrantes al venir a Estados Unidos y trabajar mucho para mejorar las vidas de sus familias.
Sin dudarlo creo que en más de una ocasión, todos hemos leído algo que nos llega al alma y lo que a continuación les traigo sin duda es ese tipo de historia.
En una aldea de la ciudad alemana de Núremberg, vivía una familia de 18 niños. El padre para sostener la casa, trabajaba 16 horas por día en las minas de oro y también en artesanías.
Dos de sus hijos tenían un gran sueño: Estudiar en un gran centro académico para desarrollar el talento para el arte. Pero sería imposible que la familia solventara los estudios de los dos muchachos.
Entonces, después de muchas conversaciones entre los dos, finalmente llegan a un acuerdo: Lanzarían una moneda para ver quién de los dos iba a estudiar. El perdedor trabajaría en las minas para pagar los estudios de su hermano. Pero, después que el ganador completara su estudios, con la venta de sus obras de pintura, pagaría los estudios del que quedara en casa trabajando.
El ganador de los dos hermanos llamado: Albrecht Durer (en español, Alberto Durero). Uno de los más grandes pintores de toda la historia. Su hermano que trabajó en las minas se llamaba Albert.
Alberto pasó 4 años estudiando mientras su hermano Albert quedó en su pueblo trabajando duro durante este tiempo para pagar los estudios de su hermano.
Alberto se destacó tanto en el arte que sus trabajos superaban al de sus maestros, se volvió muy famoso, y comenzaba a ganar considerables sumas con la venta de sus cuadros.
¡Hasta la fecha sus pinturas son muy conocidas! (Pero la obra que más destacó el amor todavía estaba por hacerla)
Pasados algunos años, Albrecht regresa a la pequeña aldea donde vivía su familia para cumplir su promesa: Volvía para pagar los estudios de su hermano que había quedado aquellos años trabajando en las minas a fin de financiar su carrera.
UNA OBRA CON HISTORIA
La familia Durer estaba toda reunida realizando una cena festiva en su honor. Al fin, Alberto se levanta, propone un brindis a su hermano querido diciendo:
“Ahora, ¡es tu turno hermano mío! Puedes ir a la Ciudad para perseguir tus sueños mientras me encargo de todo”.
Toda la familia, ya sabiendo cuál sería la respuesta del otro joven, se voltea a él que movía su cabeza de un lado a otro teniendo su rostro empapado de lágrimas. Se para, va hasta Alberto, le toca la mejilla y le dice:
“¡No, hermano! Ya es muy tarde para mí. Durante estos cuatro años de trabajo en las minas, ¡mis manos se han lastimado gravemente!
Cada hueso de mis manos se han roto al menos una vez y últimamente sufro de artritis en la manos derecha que me ha costado trabajo levantar esta copa durante tu brindis. Me es imposible trabajar con las delicadas líneas del compás y pergamino. No lograría manejar la pluma ni el pincel. ¡No, hermano! Para mí es tarde”.
Desde este día, Alberto trabajó en una obra muy especial en que homenajea a su hermano Albert y su sacrificio de amor. Tal obra, seguramente usted y yo ya la vimos en muchos lugares y quizás, tengamos una dentro de nuestras casas:
La pintura se llama “MANOS”, y retratan dos palmas unidas en señal de oración. El mundo entero la conoce y la llama “MANOS QUE ORAN”. En esta preciosa obra de Albrecht Durer, hecha en 1508, él dibuja las dos manos maltratadas de su hermano que trabajó en las minas por su sueño.
APRECIEN EL ESFUERZO
Estoy seguro que todo migrante sabe lo que es sacrificarse en cuerpo y mente para poder enviar las remesas a nuestros seres queridos y así ellos poder mejorar sus vidas en Guatemala, dichas remesas proveen alimento, techo, medicina, estudios, negocios, inversiones y muchas otras cosas.
Por eso es que les pido a los familiares de migrantes en Guatemala que aprovechen cada remesa que reciben, que le den gracias a Dios por mantener con salud a sus seres queridos y no mal gasten ese dinero que les llega, ya que ha sido ganado con mucho sacrificio, soportando discriminación, largas horas de trabajo al día a veces 7 días de la semana, bajo el sol, o bajo calor o frío extremo.
Utilicen esas remesas para mejorar sus vidas y ahorrar para cuando este ser querido Migrante regrese a Guatemala o se enferme y no les pueda proveer por algún tiempo.
En mucha ocasiones sus seres queridos no les dicen con exactitud lo mucho y duro que trabajan para no preocuparlos.
Cada vez que respetamos y apreciamos el sacrificio de los demás creamos un pueblo con menos corrupción, ya que una persona corrupta es aquella que no respeta, aprecia y agradece el trabajo/sacrificio del pueblo.
Juan Carlos Pocasangre, MBA, MTD, MS.