Pbro. Mauro Verzeletti,C. S.
Director de la Casa del Migrante Guatemala y El Salvador
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Las migraciones siempre fueron un factor de expansión, tanto en términos de espacio territorial como en términos culturales. Abren fronteras, cruzan y recruzan la tierra, el aire y los océanos, crean y recrean nuevas civilizaciones. Son tres los factores históricos que determinan la movilidad humana.
El primero: El carácter global y estructural de las migraciones. Todos los países del planeta se encuentran envueltos en el vaivén, interminable e ininterrumpido, como lugares de origen, de paso y de destino. Nuevas costumbres, nuevas monedas, nuevas expresiones culturales y nuevos modos de pensar entran a formar parte de la movilidad humana. Hay que pensar en el derecho de ir y venir de los pueblos en términos de relaciones internacionales y políticas globales, como son los trayectos trazados por los migrantes.
El segundo: Los desplazamientos migratorios se han globalizado de forma estructural. Hablando desde lo local o regional, los movimientos migratorios llevan gobiernos, instituciones y organizaciones no gubernamentales a pensar nuevas estrategias para acoger, frenar, rechazar a los migrantes y refugiados. Estos pueden redefinir el mapa mundial del fenómeno migratorio, haciendo cambios cotidianamente en las fronteras y leyes. Es necesario un Pacto mundial con acciones conjuntas, para desarrollar políticas migratorias puntuales, precisas y específicas.
El tercer: Los desplazamientos actualmente predominantes. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, por ejemplo, millones de personas dejaron el Viejo Continente europeo, lo hicieron en forma general para establecerse definitivamente en otros territorios: Estados Unidos, Canadá, Australia, Brasil, Argentina, Nueva Sudáfrica, o incluso en otro país de la misma Europa, como los portugueses y los italianos, por citar dos casos. En otros términos, el desplazamiento masivo tenía un origen y un destino más o menos determinado.
Hoy día, las migraciones se caracterizan como un vaivén complejo: en cuanto a los números, al mapa que dibujan y en la pluralidad del fenómeno. En cuanto a los números, porque aumenta la cantidad de personas forzadas a dejar el propio país, presionadas por la pobreza y la falta de oportunidades, ya sea por la violencia, la persecución o los conflictos armados. En cuanto al mapa, porque no hay un destino preestablecido, aunque se puedan identificar algunos países centrales de referencia. Los “viajes” trazan improvisadamente diversos destinos desconocidos. Los migrantes buscan alcanzar los lugares de trabajo más prometedores para su futuro. En cuanto la pluralidad del fenómeno, emergen nuevos rostros, nuevos grupos y nuevos pueblos. Los trayectos se multiplican, cambian y presionan las fronteras.