Pbro. Mauro Verzeletti, cs
Director de la Casa del Migrante de Guatemala y El Salvador
[email protected]
A partir de los Acuerdos de Paz los niños, niñas y adolescentes de la región Norte de América Central se encuentran en situación de vulnerabilidad en todos los ámbitos sociales. Los Estados han fallado en las políticas públicas, en lo que se refiere la defensa del derecho superior de tan importante población; porque hoy día, son forzados a migrar a temprana edad porque están expuestos al reclutamiento forzoso, obligados a extorsionar, amenazados por las estructuras criminales, ataques en contra de sus vidas, que han provocado desplazamientos masivos e incluso el cruzar fronteras, ya sea junto con sus padres, con otros familiares o sin compañía alguna.
La geopolítica migratoria está construida bajo la estrategia populista que tiene la lógica perversa de negar el derecho a migrar, creando en el imaginario de la población que todo migrante o solicitante de protección internacional, son delincuentes, criminales y traficantes. Indudablemente, la gran mayoría de la niñez y adolescencia, son víctimas de un modelo económico excluyente que no crea oportunidades reales para un buen vivir como ciudadanos, que posibilite el desarrollo en todas las etapas de la vida. El tener que migrar desde el vientre materno o en los brazos de la madre, esto significa que las políticas del actual sistema económico liberal han fracasado rotundamente, por no responder a las necesidades elementales del ser humano que aún no puede valerse por sí propio.
Las confabulaciones geopolíticas migratorias de los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, México y, con el espaldarazo de los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador, son fuerzas políticas que creen que todo flujo migratorio se controla con muros, militarizar fronteras, controles policíacos en carreteras, redadas masivas, encarcelar y deportar. Infelizmente, son acciones llevadas a cabo para complacer el ego racista de Donald Trump, sin pensar en las consecuencias reales en la vida de los más vulnerables durante las distintas etapas del desplazamiento migratorio forzado, corriendo el riesgo de ser víctimas de trata y tráfico, de sufrir explotación laboral o sexual, sufrir accidentes o maltrato físico.
En los países de tránsito o destino los inocentes sin culpa son encarcelados, sin las mínimas condiciones para que puedan permanecer de manera digna y tener acceso a sus derechos básicos. Además, no se contemplan alternativas para el goce de los derechos en plenitud de migrantes y solicitantes de asilo.
Los marcos normativos migratorios de protección internacional, hacen referencia explícita a grupos vulnerables y reconocen el principio superior de toda niñez migrante; sin embargo, en la práctica, persisten acciones contrarias a las normas y principios ya establecidos, donde los países del Primer Mundo forjan a los países del Tercer Mundo a transformarse en jaulas para la contención de los flujos migratorios, sin que los migrantes y refugiados puedan acceder y ejercer sus derechos plenamente. Indignante, Estados negociando carne humana a cambio de aranceles y jaulas.