Una de las tradiciones más arraigadas en la población guatemalteca es la tradicional “quema del diablo” que se realiza el siete de diciembre a las seis de la tarde. Es una celebración mágico –religiosa.
Su historia se remonta, según algunos historiadores, al siglo XVI y en la época colonial se le denominaba “luminarias”. Se dice también que en la Nueva Guatemala de la Asunción las fogatas que se prendían iluminaban el paso de la procesión de la Virgen de Concepción, esto porque la luz de las calles era tenue y escasa.
La procesión de la Virgen de Concepción es el inicio de las fiestas de la Natividad en Guatemala y con la quema del diablo se purifican los hogares para recibir el advenimiento de Cristo “limpios y puros” espiritualmente hablando.
Ha sido una tradición que días previos a la quema del diablo se busca objetos en desuso, papeles, cartones, y todo tipo de materiales que puedan incinerarse. Muchos recolectan paja, chiriviscos, ramas y hojas secas, cajas de cartón y otros materiales que van acumulando en algún lugar de sus casas para prenderles fuego el siete de diciembre.
En años recientes se ha popularizado la quema de “diablillos” que son elaborados en las piñaterías, los que se distribuyen en todo el país para esta fiesta.
EL SIMBOLISMO
Como toda tradición, la quema del diablo está cargada de un fuerte simbolismo. Es una batalla entre el bien y el mal. El bien es el advenimiento de Jesucristo a través de la Virgen de la Concepción quien hace su recorrido procesional el ocho de diciembre, y el mal personificado por el diablo. Esta batalla la gana el bien pues el diablo es “quemado y convertido en cenizas”.
El fuego simboliza la luz de la Virgen y su victoria sobre el demonio, quemando la basura o la figura del diablo se aleja toda impureza del hogar acumulada durante todo el año. Por otro lado, el fuego es “purificador”, a través de la quema se hace una limpia espiritual.
Entre las creencias de la población se relataba que el diablo se escondía entre las cosas viejas de los hogares, en los rincones de las casas por lo que era necesario “sacarlo” para luego incinerarlo. Esto era necesario para entrar a las festividades de la Navidad con las casas limpias.
De esta forma también el pueblo rechaza el mal y espera la fiesta de la Virgen de Concepción dignamente. Debe uno despojarse de todo sentimiento negativo y de toda maldad albergada en el corazón.
LA POLÉMICA
Muchas tradiciones han desaparecido en Guatemala y la tradicional quema del diablo ha sido punto de discordia entre la población guatemalteca. Por un lado, grupo de ecologistas y ambientalistas consideran la quema de basura como un foco de contaminación. Se han pronunciado en contra de la quema de materiales que dañan la salud como plásticos, llantas y otros materiales que generan gases tóxicos que provocan enfermedades respiratorias y de otro tipo.
La cartera de Salud también ha emitido boletines donde hace recomendaciones preventivas a los pobladores para evitar accidentes durante esta fiesta. De igual forma se hace con expendedores y usuarios de fuegos pirotécnicos. Los bomberos también hacen llamados para no utilizar gasolina para prender los fogarones, pues en esta época proliferan los accidentes por quemaduras.
El Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales emprende campañas en los medios de comunicación escritos, radiales y televisivos para evitar accidentes. Por otra parte, existe un Acuerdo Ministerial No. 332-2004 en el que se prohíbe terminantemente la quema de llantas en lugares privados o públicos con multas que van de mil a cinco mil quetzales.
Existen también grupos más radicales que abogan por “ponerle fin a esta tradición” como sectas protestantes que vinculan esta celebración con la adoración al diablo.
Podemos concluir que la celebración de la quema del diablo es legendaria y que se arraigó en la población guatemalteca desde la época colonial. Que con el traslado a la Nueva Guatemala de la Asunción se vino también esta celebración mágico-religiosa que actualmente se celebra en toda la República.
Que se observan cambios en las celebraciones a través del tiempo, como la incorporación de diablitos de piñata a la quema, así como gran variedad de juegos pirotécnicos más sofisticados. Mientras la población manifieste la religiosidad católica a través de la celebración de estas fiestas, estas tradiciones seguirán existiendo.
Extracto del Suplemento Navideño 2012 – La Hora
Dalila Gaitán Lara/Universidad de San Carlos de Guatemala