Pbro. Mauro Verzeletti, C. S.
[email protected]
Director de la Casa del Migrante de Guatemala y El Salvador
Con el incremento acelerado de los flujos migratorios y de solicitantes de protección internacional, como es el caso de solicitantes de refugio, Naciones Unidas ha trabajado con, iglesias, sociedad civil y los Estados de origen, tránsito y destino, para construir mecanismos de protección a personas que buscan mejores oportunidades de vida, más allá de las fronteras nacionales.
El gran reto consistió en construir una ruta efectiva y organizada de beneficio a las personas que buscan bienestar social. Así mismo, los PACTOS GLOBALES tienen como meta regularizar un derecho humano fundamental, el derecho a migrar. En este sentido más de cien países han firmado esta iniciativa global. Sin embargo, algunos países desarrollados no han querido ser parte de la iniciativa de Naciones Unidas. Preocupante el rechazo a los Pactos Globales de parte de algunos países, eso denota discriminación, racismo y xenofobia.
La globalidad de las migraciones y solicitantes de refugio convocan a los Estados que elaboraren leyes migratorias en el marco de los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos, para que exista una efectiva gobernabilidad internacional de respeto y dignidad a la persona humana en movilidad.
En el marco del VI Foro Internacional sobre Migración y Paz celebrado en Roma, Italia 2017, por los Misioneros Scalabrinianos, que tuvo como eje central del mismo “de la reacción a la acción”, fundamentalmente los Estados no pueden solamente reaccionar para impedir los flujos migratorios mixtos o criminalizar, sino tienen que tomar acciones concretas para “acoger, proteger, promover e integrar” la población migrante y refugiada, para que puedan desarrollarse integralmente como ciudadanos del mundo sin fronteras, como lo anhela el Santo Padre Francisco.
Las personas, hoy día, son víctimas de un sistema de mercado neoliberal de concentración de riquezas en pocas manos que causa expulsión, violencia y pobreza. Además, tienen que someterse a estructuras criminales pagando altas sumas para alcanzar los sueños. Situación que se puede resolver desde la construcción de políticas públicas para los más necesitados. Los Estados no pueden visualizar el desarrollo humano bajo el concepto del remesismo, son obligados a efectuar cambios estructurales independientemente de las remesas, en el pleno respeto a los derechos económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales. Los Estados que desarrollan las políticas públicas a base de las remesas, están destinados al colapso total.
A partir de los Pactos Globales los Estados deben de crear oportunidades reales para los jóvenes para que puedan soñar con trabajo y casa, pan y paz. En una palabra, proyectos que ayuden a rehacer la vida en un suelo a que puedan llamar patria.