Por Claudia Zelada
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Guatemala es un país multilingüe, multiétnico y multicultural, aspectos importantes que deben ser tomados en cuenta en los planes operativos de la educación formal e informal en las diferentes instancias educativas y en todos los niveles.
Se tiene una riqueza inimaginable que se debe aprovechar para sembrar en las nuevas generaciones, utilizando la gran variedad de fortalezas que se tienen, como lo son las costumbres, gastronomía, lugares emblemáticos, marimba, cosmovisión maya, turismo, artesanías, textiles, idiomas, expresiones coloquiales y demás formas y enunciados culturales.
Los jóvenes actuales se están perdiendo de una riqueza que debe ser utilizada como un elemento de apalancamiento del desarrollo, utilizando todas nuestras potencialidades dentro de un contexto de ofrecer esas virtudes, ubicando a Guatemala como una nación llena de muchas opciones para desarrollar, partiendo de que se tiene una población que se sienta orgullosa de la interculturalidad, la cual se debe utilizar para la generación de riqueza.
Es tiempo que el Ministerio de Educación y las universidades identifiquen áreas de nuevas profesiones, basadas en el conocimiento genuino, local y multicultural de Guatemala para la creación de nuevas carreras con pénsum acorde a nuestra historia y realidad nacional.
En este esfuerzo deben sumarse todos los ministerios del gobierno central, principalmente los ministerios de Cultura y Deportes, Relaciones Exteriores y el Instituto de Turismo, para tratar de que estos temas estén dentro de la política de Diplomacia Cultural, donde el Ministerio de Educación debe tomar el liderazgo para definir la ruta a seguir.
Es importante, también, hacer notar que el sector migrante debe considerarse, pues ellos tienen una niñez que ha nacido fuera de Guatemala y que es conveniente que tomen en cuenta para que desde lejos sean los promotores naturales de las publicidades de nuestro país, para que en sus ámbitos escolares tomen la interculturalidad chapina como una forma de mostrar su entidad ante otras sociedades migrantes y de la misma de los países receptores.
Resumiendo, es tiempo de actuar en este ámbito de la diversidad cultural guatemalteca para que identifiquemos formas y acciones que nos puedan dar otras opciones de proyectos socioeconómicos que nos den identidad y de ganancia tengamos mejores ingresos que mejoren nuestro Producto Interno Bruto, siendo los profesionales de la educación quienes impulsen estas ideas.
Los migrantes se sienten identificados con el arcoíris y diversidad cultural de Guatemala y en la nostalgia por el país que dejaron, se apropian más de sus raíces originales.