Pbro. Mauro Verzeletti, cs
Director de la Casa del Migrante Guatemala y El Salvador
[email protected]
A principios del siglo XXI, migrantes, refugiados y desplazados, empiezan a construir una nueva historia desde el destino hacia el origen. Felicito a los organizadores de la cumbre sobre migraciones realizada en el Departamento de Quezaltenango, Guatemala, que se llamó acertadamente: ¡AQUÍ Y ALLÁ SOMOS COMUNIDAD! Desde las comunidades de origen y destino emergen nuevos protagonistas; donde la experiencia del dolor y el sufrimiento de los millones de migrantes, demuestran que SÍ se puede construir puentes de unidad, porque el sueño de la familia, de la economía solidaria y del derecho de vivir dignamente, es un gran reto aquí y allá.
En pleno nuevo milenio, los migrantes y refugiados, son profetas porque impulsan el desarrollo humano integral. Asimismo, denuncian estructuras políticas, económicas, leyes migratorias, que fomentan las actitudes xenofóbicas y racistas, de gobiernos de los países de destino y origen. ¡Gritan no más injusticias, corrupción e impunidad!
La cumbre ha demostrado claramente que las migraciones no son algo nuevo. Desde que las primeras sociedades se establecieron de forma fija en zonas concretas del planeta, personas y comunidades se han movido de sus lugares de origen para buscar algo (trabajo, comida, agua, tierras, bienestar…) o escapar de algo (hambre, sed, guerra, climas adversos…). Pero, en un mundo cada vez más poblado e intercomunicado, la amenaza climática, el vertiginoso círculo de hambre y guerra y la desigualdad convierten la migración y el abandono de los países subdesarrollados en la única opción de millones de personas.
En Guatemala y demás países de América Central una multitud de gente hambrienta, desarrapada, desesperada, comenzó a caminar hacia la frontera. Mujeres, niños, viejos… La decisión de migrar es dramática, nostálgica y forzosa, aunque a veces no lo parezca. “La percepción de que irse es la última opción no siempre se corresponde con la realidad, pero al final lo que cuenta es que la persona no ve otra salida”, afirma Paola Termine, de la FAO.
La cumbre ha demostrado que la falta de oportunidades laborales suele ir acompañada de la pobreza y el hambre, todas ellas parte de la espiral perversa de conflictos generados por la violencia de un sistema de mercado neoliberal. El cambio del clima, en forma de desertificación, fenómenos meteorológicos extremos o sequías, también ahoga las perspectivas de futuro y empuja a cientos de miles de personas a hacer mudanzas. La globalización solidaria sin fronteras se presenta como una opción de futuro para luchar contra el hambre y la falta de oportunidades. ¡Aquí y allá existen sueños!