Por Margarita Girón
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Guatemala es tierra de tesoros naturales, tradiciones, riqueza cultural y de gente valiosa; Ketzali Awalb’iitz Pérez, una joven cantautora guatemalteca, es un ejemplo de ello y en una entrevista para La Hora Voz del Migrante, relató cómo a través de su voz sueña con llegar al alma de las personas que la escuchan.
Originaria de Palín Escuintla, Ketzali indicó que sus raíces vienen de Cajolá, Quetzaltenango, de donde es originario su padre de la etnia maya Mam y su mamá de Palín Escuintla de la etnia maya Poqomam. “El origen de mi nombre se debe a que mis padres son sociolingüistas y escogieron esos nombres para mí, el más significativo de los dos es Awalb’iitz que significa sembradora de cantos, mi padre falleció cuando yo era muy pequeña y sin saberlo me encaminó hacia la música”.
La cantautora dijo que 18 años después aún conserva la guitarra de su padre, con la que él interpretaba canciones en Mam; ya que parte de su trabajo como sociolingüista era rescatar las lenguas madres. Aunque estaba muy pequeña cuando su padre falleció, su ausencia le afectó al punto de rechazar cualquier instrumento musical que evocara en ella los recuerdos de su progenitor.
Ketzali explicó que conforme los años pasaron su madre decidió sembrar de nuevo la semilla de la música en sus hijas y fueron inscritas en el Conservatorio Nacional de Música, en ese entonces Ketzali tenía 10 años de edad, y aprendió a tocar piano. “Allí mi maestra de piano me recomendó que intentara ingresar a la Escuela Normal de Música, Jesús María Alvarado y me incentivó para ingresar, aprobé los exámenes de admisión y a partir de allí empezó mi formación formal en el ámbito musical”, destacó.
Actualmente la artista, además de cantar y componer canciones, toca el piano, la guitarra, flauta transversal y el ukelele.
KETZALI: LE CANTO A MI GENTE
Ketzali relató que aunque había adquirido el conocimiento técnico sobre la música y sus vertientes de interpretación, el verdadero acercamiento consciente sobre cómo funciona la música y para qué sirve más allá del entretenimiento, se dio hace 4 años a través del movimiento de Festivales Solidarios (Movimiento que surgió en 2013 en solidaridad con los estudiantes aprehendidos durante 2012, mientras manifestaban su repudio a la masacre ocurrida en la Cumbre de Alaska) que nació a partir de la masacre de la cumbre de Alaska en Totonicapán, en el que Keltzali se sumó a los artistas que realizaban presentaciones en lugares de resistencia como Ixcán, La Puya, San Juan Sacatepéquez e incluso en las fronteras.
Así la artista ha evolucionado en su carrera musical hasta alcanzar lo que califica como una forma de expresión de lucha, “yo le canto a mi gente, me canto a mí y le canto a todos. La música no es de nadie y nos pertenece a todos”, dijo.
Aunque aún no cuenta con una grabación de estudio que reúna todas sus canciones, Ketzali comentó que cuenta con varias de sus composiciones en redes sociales y grabaciones que en algún momento podrían ser parte de un material discográfico.

Dentro de las composiciones de Ketzali resaltan: Para Ellas; una canción dedicada a las 56 víctimas del Hogar Seguro Virgen de la Asunción; Tierra Morena, que evoca a Guatemala; Corte, una canción que proyecta a la mujer indígena; Coincidir un tema en el que la artista pone parte de su vida y visión del futuro.
“Es difícil decir que solo le canto a Guatemala y su historia cuando también cada letra es parte de mi propia historia. Quiero tomarme el tiempo, más adelante trabajaré en este material, por ahora estoy dando mi aporte dentro del movimiento estudiantil de la Universidad de San Carlos y a lo mejor al finalizar ya no tendré solo 5 o 6 canciones sino 10 o 12 listas para salir a la luz”, acotó la artista.
SOBRE SER ARTISTA EN GUATEMALA
De acuerdo a Ketzali, ser artista en Guatemala conlleva una responsabilidad, para la artista no es solo cuestión de que se abran espacios y oportunidades, debe pensarse bien qué se desea expresar y compartir con la gente.
“Cuando voy con mi guitarra en el bus, a veces la gente me ve como un ser extraño. Yo sé que históricamente el papel de la mujer indígena ha sido estigmatizado, la sociedad espera verte en un puesto de comida o rodeada de muchos hijos, pero sobre un escenario y contrariar esa parte resulta interesante”, dijo la artista.
Para Ketzali, la mujer indígena guatemalteca es vista como un ser con limitantes, “pues somos encasilladas como parte de un atractivo cultural”, “cuando me subo a un escenario aún me cuestiono que nos vean como un atractivo folclorista, también podemos incidir en la política, en la ciencia y la tecnología, para mí ser mujer indígena es una constante resistencia a lo que te dicen que tienes que ser”, destacó.
Fue entre 2017 y 2018 que los espacios en los que Ketzali ha logrado incidir con sus letras abrieron sus puertas. Cumbres, foros y encuentros culturales han sido el escenario para la presentación de la joven artista a nivel nacional.
SUS METAS
La artista dio a conocer que se prepara para un concierto que dará el próximo año junto a cantautores guatemaltecos en el festival “K’uxiubal”, organizado por el artista El Ishto Juevez, quien realizará por tercera vez el evento al que fue invitada Ketzali.
“Para mí es muy significativo que me llamaran para participar como artista en este gremio de cantautores guatemaltecos, esto es muy importante para mi carrera”, acotó.
Además, indicó que actualmente trabaja en otro proyecto con Libertad y Amanda Samayoa; artistas guatemaltecas titulado Alquimias, que busca fusionar la música clásica a través del cello que interpreta Libertad y el Rap de Amanda, así como el toque musical de Ketzali.
Otra de las metas próximas de la artista es graduarse como licenciada en música. Asimismo, dijo que busca llegar a más personas a través de sus letras y convertirse en una gestora cultural en Guatemala.
A QUIENES ESTÁN LEJOS
Ketzali dijo que dejar el lugar en donde han crecido y vivido representa un cambio cultural drástico, “Solo ir por la calle y saludar a todos es algo muy chapín que no se ve en todos lados. Al final todos resistimos desde los espacios en los que nos encontramos, puede que alguien esté lejos, pero si sigue recordando quién es y de dónde viene no habrá poder social ni político que nos separe como guatemaltecos”.