Por Grecia Ortíz
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El hondureño José Luis Hernández dejó su natal Honduras y en la búsqueda del llamado “sueño americano” sufrió una experiencia que cambió su vida.
En una entrevista difundida para la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (AMIREDIS), Hernández explicó cómo la falta de oportunidades lo motivó a dejar Honduras y arriesgarse en la búsqueda de un sueño que trajo dolor a su vida, del que solo con fe y el apoyo de su familia logró salir.
“Intenté llegar dos veces a Estados Unidos, en busca de una mejor vida”, dijo Hernández, quien es integrante de AMIREDIS. Para Hernández, ayudar a su familia en su propio país era algo que veía complicado dada la situación que se vive.
En Honduras hay violencia, desempleo y falta de oportunidades, que remarcó, son aspectos que obligan a las personas a dejar todo lo que conocen como un hogar.
“Eso fue lo que a mí me obligó a migrar y así me vine, apenas tenía 17 años y me vine junto a un amigo y nos venimos con poco dinero y cruzamos Guatemala, después llegamos a México y bueno ahí empezó la pesadilla de nosotros”, contó.
Según Hernández, la idea que tenía junto a la persona que lo acompañaba era viajar en el tren desde la frontera de Guatemala hasta Ciudad de Juárez en México. Con varios días de viaje fueron testigos de robos y otro tipo de violaciones, e incluso presenciaron cómo un guatemalteco caía del mismo.
EL TREN QUE CAMBIÓ SU VIDA
Fue en el último tren de Torreón a Juárez donde ocurrió el accidente en el que sufrió la amputación de su pierna, un brazo y parte de su mano.
“Recuerdo que no perdí el conocimiento y yo solo dije qué barbaridad, cómo me pudo haber pasado esto a mí. Pensaba en lo que me habían dicho mis papás: No te vayas José Luis, intentaste irte, aquí aunque sea comiendo frijoles podemos salir adelante en nuestro propio país”, recordó.
Al pasar el tren, comentó que fue un paramédico de la Cruz Roja el que lo ayudó pues al verlo inmediatamente llamó a una ambulancia para que llegaran a atenderlo y luego fue trasladado a un hospital en donde médicos realizaron varios procedimientos para salvarlo.
Luego de permanecer hospitalizado se dio cuenta de lo que había sucedido y desde entonces sus pensamientos siempre fueron para su familia.
“Pensaba que ya no iba a poder tocar mi guitarra, en mis amigos, en la novia y todas las cosas que cruzaban por mi cabeza y yo me fui con la ilusión de ayudar a mi familia, pero ahora ya no podré ayudar, sino que más bien voy a ser una carga, todo eso yo pensaba”, explicó.
Para que lograra superar la situación, el hondureño recuerda que recibió apoyo de psicólogos que le ayudaron a levantarle el ánimo, por lo que estuvo internado dos años en tres hospitales diferentes ya que además le practicaron nueve cirugías que tenían como objetivo salvar su mano.
SU FAMILIA LO AYUDA A SEGUIR ADELANTE
Retornar junto a su familia fue una de las experiencias más difíciles porque pudo ver cómo sus seres queridos también sufrían por lo sucedido, y al ver su guitarra sin poder tocarla hacía que sintiera mucha tristeza.
“Toda la presión de volver a la misma vida miserable por la cual yo migré. Y ahora regresar a lo mismo y ahora peor con una discapacidad… antes era difícil la situación y no digamos ahora que retorno a mi país con las mismas condiciones de vida y ahora peor porque era una carga para mi familia”, aseveró.
Sus seres queridos son ahora su motivación para seguir adelante, porque están junto a él en las buenas y malas situaciones. Hernández es consciente que las condiciones de Honduras son difíciles porque en general, las personas son ignoradas.
“Realmente al gobierno solo le sigue importando las remesas que mandan o mandamos más de un millón de hondureños que viven en Estados Unidos y al igual que nosotros han arriesgado su vida al llegar a ese país”, dijo.
Ahora trata de llevar el mensaje de que la vida no es juego y que se arriesgan al buscar un mejor futuro en Estados Unidos, ya que el trayecto por México también es peligroso si se tiene en cuenta que existen pandillas, además de grupos de crimen organizado y narcotráfico.
Finalmente, el hondureño señaló que es lamentable que aun sabiendo de estos riesgos se busque igual la migración.
SE UNIERON PARA LLEVAR MENSAJE
La Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (AMIREDIS) está integrada por un grupo de 13 migrantes hondureños que fueron afectados luego de accidentes ocurridos en “La Bestia” cuando emprendían su viaje a Estados Unidos, quienes ahora comparten sus experiencias de vida con la comunidad migrante y la hondureña con el fin de hacer conciencia.