POR MARIELA CASTAÑÓN
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De acuerdo con la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), durante el invierno de este año, que comprende los meses de mayo a noviembre, un total de 31 personas murieron y 10 mil 058 resultaron damnificadas. Los desastres naturales también son una causa de la migración interna e irregular.
David de León, portavoz de la Conred, explicó que las personas damnificadas fueron aquellas que sufrieron una afectación directa por el fenómeno natural, por ejemplo que perdieron su casa.
En tanto los datos de este año superan los del 2016, pues en total se reportaron 600 incidentes, 393 mil 695 personas afectadas, 31 mil 892 evacuadas, 1 mil 629 en riesgo, 10 mil 058 damnificadas, 6 mil 811 albergadas, 4 desaparecidas, 26 heridas y 31 fallecidas. (Lea el recuadro En Cifras).
Mientras que el año anterior las estadísticas reflejaban que hubo 270 incidentes, 308 mil 578 afectados, 2 mil 945 evacuadas, 2 mil 202 en riesgo, 2 mil 339 damnificados, 1 mil 138 albergados, 1 desaparecida, 13 heridos y 13 fallecidos.
DESASTRES INCIDEN EN MIGRACIÓN
Hilda Morales, defensora de derechos humanos, indicó que los desastres naturales también provocan migración interna e irregular a otros países.
“Son causantes de la migración interna, del desplazamiento dentro de Guatemala a otras zonas que probablemente sean de igual o peor riesgo, porque la gente no tiene medios y otra es que –las personas- se vayan de Guatemala”, explicó Morales.
La entrevistada lamentó que muchos guatemaltecos salen de sus entornos por esta causa y el problema persiste todos los años, por tanto deberían existir mecanismos que eviten tragedias y que más personas migren por esta razón. (Le el recuadro ¿Vínculos entre la inseguridad alimentaria, la violencia y la migración?).
“Tendría que existir una política para atender desastres, que identifique donde están los focos de mayor peligro, para estar prestos a atenderlos inmediatamente. Empieza el desastre, la lluvia, las inundaciones, los ríos se salen de su cauce y la gente detiene las consecuencias –temporalmente-, pero cuando ya no se puede detener, las pérdidas humanas, siembras y bienes son peores”, lamentó.
PREVENCIÓN, ASIGNATURA PENDIENTE
Por otro lado, Morales destacó que la prevención en muchos ámbitos es una asignatura pendiente, que únicamente se aborda en fechas conmemorativas, pero después la situación no cambia.
“La prevención en todos los ámbitos es una asignatura pendiente de parte del gobierno, no hay prevención en el caso de desastres, de violencia, de seguridad alimentaria. Se hace mucha bulla, se emiten comunicados y expresiones que están atendiendo –los problemas- y que se reflejará en el presupuesto, que hay donaciones, préstamos internacionales para eso, pero quienes sabemos un poco de eso, nos damos cuenta que no se avanza”, argumentó la entrevistada.
[recuadro]En cifras
600 incidentes ocurrieron en la temporada lluviosa de 2017.
393 mil 695 personas resultaron afectadas.
31 mil 982 fueron evacuadas.
1 mil 629 estuvieron en riesgo.
10 mil 058 fueron damnificadas.
31 ciudadanos murieron.
6 mil 811 personas fueron albergadas.
4 desaparecieron.
26 resultaron heridas.
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¿Vínculos entre la inseguridad alimentaria, la violencia y la migración?
Un informe que consolida los descubrimientos de dos estudios realizados por London School of Economics (LSE) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) durante marzo y mayo de 2015, y que también incluye investigaciones adicionales, hallazgos de las Evaluaciones de la Seguridad Alimentaria en Emergencias (ESAE) realizado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), tras la sequía de 2014 en el Triángulo Norte de Centroamérica, explica las posibles interrelaciones que existen entre la inseguridad alimentaria, la violencia y la migración.
De acuerdo con el informe “Hambres sin Fronteras”, los Vínculos Ocultos entre la Inseguridad Alimentaria, Violencia y Migración en el Triángulo Norte de Centroamérica, a mayor inseguridad alimentaria mayores son las probabilidades de que las personas emigren buscando condiciones de vida.
Los hallazgos del estudio de LSE reflejan que la migración no es solo una función de la economía, sino también puede ser el resultado de la inseguridad física y alimentaria.
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