POR REDACCIÓN LA HORA
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La atención y la reintegración de los migrantes centroamericanos es todavía un reto para los Gobiernos locales. Aunque las deportaciones han disminuido en comparación con el año anterior, se necesitan implementar medidas duraderas para asegurar el regreso seguro de las personas migrantes, advirtió la Organización Internacional para las Migraciones en un evento realizado en The Wilson Center.
Las deportaciones de personas hondureñas se redujeron en 21.7 por ciento en los primeros cuatro meses de 2017, en comparación con el año pasado en ese mismo período. Este año se registran 15 mil 450 retornos forzados a Honduras, mientras que en 2016 para esta fecha la cifra era de 19 mil 721.
A diferencia de otros años, ahora Estados Unidos es el principal país desde donde se dan los retornos. Los datos de las autoridades migratorias de los tres países del Triángulo Norte indican que 52.1 por ciento de los migrantes deportados fueron aprehendidos en ese país, mientras que 47.08 fue capturado en México.
Jorge Peraza Breedy, jefe de misión para el Triángulo Norte de OIM, explicó en el evento que tras la crisis de niñez migrante en 2014 se prestó mayor atención al fenómeno de los retornos forzados y se promovió entre los gobiernos centroamericanos medidas para la prevención de la migración.
Sin embargo, Peraza destacó que el principal problema de las deportaciones es que una vez retornados a su país de origen los migrantes, sobre todo los menores de edad, necesitan servicios de atención, ya que muchos regresan con padecimientos como ansiedad y depresión, o necesitan de asistencia jurídica.
Según dijo, en 2014 y 2015 OIM apoyó a los gobiernos para fortalecer sus capacidades, pero si se quiere tener una solución integral y sostenible para los retornados se necesitan de medidas durables.
En el caso de la niñez migrante la vulnerabilidad natural de su situación se agrava cuando se toma en cuenta que las principales razones para dejar el país son la pobreza y la violencia.
Un estudio realizado por OIM indica que el 25 por ciento de las familias migrantes centroamericanas entrevistadas en los refugios estadounidenses eran monoparentales y el 45 por ciento eran biparentales. Además, en el 10 por ciento de los casos eran tíos o tías quienes estaban a cargo de los menores de edad y en el 4.3 por ciento eran los abuelos.
En cuanto a la escolaridad de los encargados de la niñez, un factor que está relacionado a las posibilidades de desarrollo de la familia, 46.8 por ciento de los padres hondureños sólo tenían 6.2 años de estudios, mientras que las madres hondureñas tenían 6.5.
En ese sentido la OIM instó a los gobiernos centroamericanos a tomar las medidas de fondo necesarias para procurar que los migrantes retornados, sobre todo los menores de edad, tengan condiciones adecuadas para su reintegración a la sociedad. De esta forma se podrá evitar que vuelvan a arriesgar sus vidas cruzado la frontera.