Por ELLIOT SPAGAT Associated Press
“Inhumano”. “Vergonzoso”. “Intolerable”. “Brutal”. Las continuas revelaciones sobre las precarias condiciones y el peligroso sobrecupo en los centros de detención de la Patrulla Fronteriza han generado indignación en la opinión pública, y algunas personas han salido a las calles para denunciar una situación que –acusan– va en contra de los principios de Estados Unidos.
El furor en torno a las políticas migratorias del presidente Donald Trump se presenta en momentos en que el gobierno declaró recientemente que está en busca de propiedades adicionales para retener de manera permanente a los menores que cruzan la frontera sin compañía de un adulto.
Jerry González, director ejecutivo de la Asociación de Funcionarios Electos Latinos de Georgia, dijo que el anuncio es preocupante considerando el “historial (del gobierno) de abusos y negligencia infantil que hemos visto a nivel nacional”. Atlanta es una de las cinco posibles locaciones para albergar nuevas instalaciones que puedan recibir hasta a 500 menores.
“No creo que este gobierno sea capaz de administrar el programa de manera humana”, dijo González.
El organismo de control interno del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) difundió hace unos días nuevos detalles sobre el grave hacinamiento en el Valle del Río Grande, en Texas, el corredor más concurrido para cruces fronterizos ilegales, y resaltó que en tres de las instalaciones los menores no tienen acceso a duchas y que algunos niños de menos de 7 años de edad han estado detenidos en condiciones precarias durante más de dos semanas. Algunas de las celdas tenían tal sobrecupo que los adultos se veían obligados a mantenerse de pie durante días.
El reporte evoca los hallazgos que realizó en mayo la Inspección General del Departamento en los centros de detención de El Paso, Texas: 900 personas recluidas en una celda con capacidad máxima para 125; detenidos de pie sobre los retretes para tener espacio para respirar; otros que vestían ropa sucia durante días o semanas.
El Día de la Independencia, dijo la senadora demócrata Dianne Feinstein, es “un momento para celebrar el nacimiento de nuestro país y los principios fundamentales en los que se basa. Pero es difícil creer que alguien sienta mucho orgullo al ver las imágenes provenientes de las instalaciones de la Patrulla Fronteriza. Comparadas con los ideales establecidos en los documentos de nuestra fundación e inscritos en la base de la Estatua de la Libertad, la situación en nuestra Frontera Sur es un tanto hipócrita”.
Trump dijo recientemente que los agentes de la Patrulla Fronteriza “no son trabajadores de hospital, médicos o enfermeras” y nuevamente culpó a los demócratas por rechazar sus propuestas para reparar el sistema migratorio.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus iniciales en inglés) reportó a mediados de mayo que tenía detenidas a 16 mil personas, muchas de ellas en celdas equipadas con poco más que unas bancas de concreto y un retrete a la vista de todos. El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), cuyas instalaciones están diseñadas para detenciones a largo plazo, tiene a más de 40 mil personas en custodia.
El lunes pasado, Trump firmó un paquete de 4 mil 600 millones de dólares para mejorar las condiciones en la frontera sur. Y el Departamento de Salud y Servicios Humanos, que recibe de la Patrulla Fronteriza a los niños sin compañía adulta, anunció el miércoles que se evalúa la instalación de centros de detención adicionales en las inmediaciones de Atlanta, Phoenix, Dallas, Houston y San Antonio, Texas.
Kevin McAleenan, secretario interino de Seguridad Nacional, indicó que se prevé que los arrestos en la frontera con México caigan en junio un 25% respecto al mes previo, lo que pondría fin a una alarmante serie de incrementos mensuales en la llegada de familias —particularmente de Guatemala, Honduras y El Salvador— y que es acorde con la tendencia de verano, cuando los cruces fronterizos ilegales tienden a caer por ser los meses más calurosos, y por lo tanto más peligrosos.
De cualquier forma, Trump prometió que las redadas para detener a los inmigrantes que están sin autorización en el país –medida que se postergó el mes pasado– comenzarán después del feriado del 4 de julio, lo que significa que se necesitaría más espacio para detener a más personas todavía. Supuestamente, los agentes del ICE ya están preparados y listos para iniciar con los operativos en distintas partes del país.