Por Margarita Girón
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En el marco del foro Remesas Familiares y Colectivas: condicionantes para apalancar el desarrollo local, Dirk Bornschein, investigador y Coordinador del Programa de Migración y Desarrollo de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, (FLACSO), dio a conocer detalles sobre las causas de la migración y el efecto de las remesas en la economía de las familias.
De acuerdo con Bornschein, las remesas familiares y colectivas cobraron especial importancia en la actualidad por la coyuntura socioeconómica del país, ya que tienen un alto potencial para contribuir al desarrollo local.
Bornschein señaló que su investigación en el tema migratorio inició hace tres años; cuando aún el presidente Trump no había llegado al Poder y las políticas migratorias no eran tan severas. “Yo entiendo a la gente que se va, porque no existen condiciones económicas adecuadas aquí en el país”, dijo el investigador.
Según Bornschein, es importante respetar el derecho a migrar de las personas; pero lo es aún más, fomentar el desarrollo del país. Además, destacó que el fenómeno migratorio observado durante los últimos meses, junto a la caravana migrante de Honduras en donde se han sumado guatemaltecos y salvadoreños es un destino compartido en donde el factor común es que no existe futuro para la población de los tres países.
“Este fenómeno desnuda el problema de la migración, todos dicen que hay que crear desarrollo para evitarla pero se actúa empleando las mismas recetas, por eso es tan importante crear la interrelación entre la migración y el desarrollo”, destacó el investigador.
REMESAS NO SON FACTOR DE DESARROLLO
A criterio de Bornschein, quienes dominan el poder económico en el país son sectores que generan poca presión para mejorar el nivel educativo de la población y es necesario ver las consecuencias de esa pasividad.
En este aspecto, recalcó que es necesario crear políticas públicas que impulsen las cadenas productivas, “todos hablan de estas cadenas, pero no incluyen a todos los sectores”, destacó.
De acuerdo con el investigador, muchos sectores ven el fenómeno de la migración como algo positivo por el ingreso de las remesas aunque estas muchas veces no contribuyan del todo al desarrollo de la economía local.
“En un país en donde las personas no pueden vivir de la producción, tenemos una situación en donde es más fácil vivir de la remesa que de la producción y actualmente no existen políticas públicas para re orientar ese camino”, acotó Bornshchein.
Asimismo, indicó que según estudios de la OIM en 2016, el porcentaje de destino para las remesas indicaba que el 50 por ciento era destinado a la inversión; sin embargo, esta inversión no equivale a generar capital, sino para construcción de viviendas en la mayoría de los casos.
“De acuerdo a los estudios que hemos realizado, existen condiciones para que las remesas familiares puedan ser usadas con fines productivos y de comercio… uno de los primeros pasos sería establecer conexiones con las asociaciones migrantes en los Estados Unidos, entidades de gobierno y la población receptora de las remesas”, destacó.
Asimismo, señaló que es necesario crear programas de formación tanto de los migrantes, como de los familiares en Guatemala. En este sentido, destacó el papel de las cooperativas de crédito y ahorro y la importancia en la implementación de asesoría para los receptores finales de las remesas para que puedan comprender en qué se basan las cadenas productivas y cómo pueden aportar al desarrollo local.
“El Estado también tiene que estar presente, ellos tienen programas de desarrollo local y tienen que crear procesos para la inclusión de las comunidades, no solo empujar planes de crecimiento, que llegan a algunos pero no para la mayoría”, acotó.
En este aspecto, Bornshchein aclaró que es importante que los proyectos de desarrollo implementados por entidades de Gobierno y Cooperación sean visualizados a largo plazo como un proceso integral.
“Se tendrían que plantear más programas de educación financiera con enfoques más amplios que permitan a los receptores de remesas invertirlas en aspectos que contribuyan a mejorar su calidad de vida”, expresó.
A criterio del investigador, la remesa no es un factor de desarrollo en el área rural, ya que tiene efectos culturales que no favorecen al desarrollo económico, “lo que yo digo es que la remesas comprometen al futuro; han aumentado, pero también ha aumentado la pobreza, esto refleja que las condiciones en el país no han mejorado, a pesar de este ingreso”.
Además, acotó que es necesario que las políticas públicas en el ámbito socioeconómico busquen crean las condiciones necesarias para vincular los efectos de la migración con el desarrollo local como complemento de la economía actual.