Por Eder Juárez
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Con motivo del Doctorado Honoris Causa que la Universidad de San Carlos de Guatemala otorgará hoy al sociólogo Carlos Figueroa Ibarra, “La Hora” entrevistó al académico para conocer sus puntos de vista sobre distintos temas, por ejemplo, el significado e impacto de la lucha anticorrupción en la sociedad guatemalteca, el proceso electoral que se avecina y lo que representará para el profesional el reconocimiento que le hará la Usac.
¿Cuál ha sido el efecto social de la lucha anticorrupción en Guatemala?
Creo que el tema de la corrupción y la indignación en contra de la corrupción probablemente sea el gran tema hoy, no solamente en Guatemala sino en diversas partes del mundo. Incluso el tema de la corrupción ha sido agitado por fuerzas de izquierda y de derecha. El motivo es que la corrupción no tiene ideología ni una posición política; qué quiero decir con esto, que la corrupción es algo que puede estar presente en la izquierda, en el centro y en la derecha, por lo tanto la lucha contra la corrupción es un tema trans-ideológico, es decir que es un tema en el que pueden concurrir fuerzas de distinto espectro ideológico.
En México tenemos, en este momento, un caso de esta naturaleza, yo soy un hombre con un enorme privilegio porque habiendo llegado exiliado en 1980 a México, la vida me fue colocando de tal manera que hoy soy parte del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, el partido que ganó las elecciones y que llevó Manuel López Obrador a la Presidencia.
Pude observar cómo el tema de la corrupción y el hecho que pudiéramos impulsar a un candidato que es ampliamente conocido por su honestidad, hizo que fuerzas no solamente de izquierda sino de centro y de derecha se sumaran a ese proyecto y con eso triunfamos. En Guatemala el tema de la corrupción es un tema muy sensible, porque en Guatemala al igual que en México la corrupción ha llegado a niveles verdaderamente indignantes.
Todo esto que sucedió con las revelaciones de la CICIG, develó como la trama de la corrupción llegaba hasta la Presidencia de la República y cómo el Presidente era el jefe de una banda criminal que desvirtuaba de esa manera el espíritu del Estado.
Pienso que, en este momento electoral, aunque las campañas no han empezado, pero ya hay un clima electoral, creo que este momento una candidatura que se presente frente a la ciudadanía que garantice romper o destruir la corrupción, podría ser una candidatura muy viable.
¿Qué cambios identifica de 2015 a la actualidad de la sociedad?
En 2015 las revelaciones de la CICIG generaron una indignación muy grande y este creo es el elemento fundamental del fenómeno de la Plaza, que se llenó y generó con una gran indignación, que terminó como sabemos con la caída y debacle del Gobierno de Otto Pérez Molina y del Partido Patriota.
Aquí hubo un clima de indignación popular que desafortunadamente derivó a un apoyo hacia un candidato que se presentó como un candidato ciudadano ajeno a la política y a la corrupción y es el actual Presidente de la República, Jimmy Morales y digo desafortunadamente porque ese candidato presidencial no era ajeno a la política, no era un candidato ciudadano, era un hombre que ya había estado participando en la política en varios partidos y, además, fue cooptado por grupos extremistas como lo que se expresan en la llamada Juntita.
Desgraciadamente la ciudadanía vio en ese candidato la salida a la indignación ante la corrupción. Es sabido que Jimmy Morales ganó en la segunda vuelta con una gran cantidad de votos. Cuál es el resultado, una vez más el resultado es la decepción.
Estos casi cuatro años han sido uno de los Gobiernos en Guatemala más cuestionados y controversiales de los cuales yo tengo memoria. Espero que ahora la ciudadanía una vez pasada por la etapa de 2015, se encause por una opción que tenga un mayor nivel de ética en relación con la política.
Ahora hay aquí fenómenos que estoy observando que podrían desvirtuar el proceso electoral, por ejemplo, el hecho de que se le haya puesto un obstáculo a Sandra Torres, que podría dejarla fuera de la contienda e incluso que se le haya puesto un obstáculo a Zury Ríos, que no es una candidatura que a mí me simpatice, pero que creo que esos tipos de obstáculos, después de haber visto que a Manuel Andrés en México lo quisieron bloquear y separar de la contienda, son hechos que no me gustan, creo que atentan contra la democracia, y espero que esto no termine con un proceso que busque invalidar a Thelma Aldana.
Pero creo que se tiene una nueva oportunidad en estas elecciones de encausar el voto hacia una opción que realmente le entre al fenómeno más importante de la vida nacional que es la corrupción del Estado, aquí nuevamente entramos en una situación en donde este es un propósito que pueden confluir fuerzas de distinto signo desde la izquierda hasta la derecha en un programa común que trate de dignificar la política nacional.
Jimmy Morales llegó a afirmar que la corrupción “es normal” ¿Es valida está afirmación o hay otros matices a tomar en cuenta?
Esto que dijo el presidente Morales se me hace parecido a lo que en alguna vez dijo el entonces presidente Enrique Peña Nieto, en México, que la corrupción era parte de la cultura del mexicano. Decir que la sociedad es corrupta es eludir un tema fundamental. La corrupción está, sobre todo, en las cúspides del poder político en las que en Guatemala están corrompidas desde la época del Conflicto Armado Interno. Ahora bien, centrar el fenómeno de la corrupción en el Estado es una visión muy parcial, porque la corrupción también invade el ámbito empresarial.
El tema de la corrupción es algo que no solamente está enfocado en el ámbito público sino también comprende a un sector privado. Generalmente el pueblo, las gentes desposeídas, que incluso no tiene poder o ciudadanos de a pie no son corruptos y si se ven involucrados en actos de corrupción, es porque todo el sistema desde arriba los orilla.
Es una enorme tarea que por supuesto en cuatro años de Gobierno que serían los próximos cuatro años de Gobierno no van a poder ser suficientes para cambiar la situación, en todo caso en un periodo gubernamental lo que podría hacerse es sentar las bases que impliquen el saneamiento de la vida pública nacional.
¿Cuál fue el efecto en la sociedad del trabajo de la CICIG?
Ha sido fundamental, el problema es que, lo que tenemos que cuestionar fuertemente es, cómo es posible que en Guatemala no haya podido surgir la fuerza suficiente como para que los propios guatemaltecos pudieran lograr lo que hizo la CICIG.
Se tuvo que apelar a un organismo internacional independiente, ajeno a las presiones y corrupciones de la vida política nacional para poder generar todos estos efectos que se lograron. Creo que el efecto de la CICIG es histórico y facilitó al Ministerio Público, al Procurador o Procuradora (Fiscal General) y a las diversas instancias del poder judicial a tener la fuerza y la autonomía suficiente para poder enfrentarse a los poderes de la corrupción, al Pacto de Corruptos como le dicen ahora, creo que no habría sido posible si no hubiera estado la CICIG.
Si no hubiera estado la CICIG, Roxana Baldetti, Pérez Molina y todos estos personajes estarían haciendo de las suyas con el erario nacional.
Creo que es un caso diferente el mexicano, donde ahí sí pudimos construir una fuerza política nacional que logró conquistar el poder presidencial y ahí están los efectos. Andrés Manuel lleva como dos meses y medio y pareciera que haya transcurrido un año de Gobierno, porque le ha entrado en serio a la corrupción, para empezar el Guachicoleo o el robo de combustible que era un negocio multimillonario, pero bueno, no se pudo hacer eso en Guatemala y por eso pienso que organismos como esta Comisión siguen siendo necesarios en la vida política nacional.
Aquí mucha gente arguye temas de nacionalismo, poderes externos etc., en este mundo globalizado hay elementos de la vida política nacional que probablemente se necesite de un concurso de fuerzas internacionales para poder resolverlas.
¿Cree que tenemos una sociedad comprometida con el combate a la corrupción?
Soy optimista en relación con esto, después de lo que vi en 2015 y lo que hemos seguido viendo, aunque en menor escala desde ese año para acá. Pienso que en Guatemala existe una porción muy importante de la ciudadanía que está muy molesta con la corrupción, ciudadanía de los más diversos perfiles ideológicos, puedo advertir una indignación común de todos estos sectores ciudadanos en relación con el tema de la corrupción, por eso pienso que sí, en Guatemala existe una masa crítica que puede ser una fuerza política fundamental que puede crear un nuevo escenario de saneamiento de la vida política nacional.
¿Cómo ve a la sociedad de cara a un proceso electoral como el actual?
Repito que esta es una coyuntura en la que podemos pensar en la oportunidad para hacer un reencauzamiento de la vida política nacional, ojalá que fuera así. En 2011, Pérez Molina embauco a una buena parte de la ciudadanía con el discurso de la Mano Dura, es una ciudadanía totalmente agobiada en el tema de la delincuencia que les afecta directamente, que la delincuencia que asalta a autos en la vía pública para robar celulares asalta transeúntes y eso fue lo que pegó de la mano dura, pero la mano dura terminó siendo mano larga.
Eso generó, producto de las revelaciones de la CICIG, una enorme indignación y creo que todo lo que sucedió en 2015, en mi opinión, es-un hecho cuyas repercusiones vamos a seguir viendo en los años siguientes.
El 2015 fue uno de los mejores años para la vida política nacional y las repercusiones van a seguirse viendo posteriormente, se dio de una manera equivocada, como la indignación se centró en un supuesto candidato puro, se pasó de la mano dura al candidato puro, ambas son decepciones.
Espero que esta lectura la esté haciendo una buena parte de la ciudadanía y que tenga un efecto electoral en este año.
¿Qué efecto tuvo la estrategia de Morales y expulsión de CICIG?
Para poder hacerlo el Presidente tuvo que reunir a las fuerzas más retrogradas del país, no hay ninguna casualidad que son los sectores más reaccionarios de Guatemala los que han estado apoyando esa postura.
El presidente Morales, es más bien un instrumento de esos sectores ultraderechistas del país que buscan otras cosas, además, no solamente la impunidad contra la corrupción, sino la impunidad en las violaciones a los derechos humanos durante el conflicto interno.
Ahí está la prueba en la reforma a la Ley de Reconciliación Nacional que se está queriendo impulsar, el fondo de todo esto es garantizar impunidad a todos los violadores. El peor escenario que le podría pasar a Guatemala es que prevalecieran esos intereses y viéramos salir de la cárcel a todos estos corruptos y a todos los violadores de derechos humanos que están en la cárcel en este momento, creo que sería un retroceso fundamental en la vida política de este país en lo que se ha llamado al transición democrática que de por sí es muy baja la calidad de la democracia. Hay muchos fenómenos que hacen que esta democracia sea una de las más bajas que puede haber en el continente americano.
¿Qué significado tiene que la Usac le entregue un Honoris Causa?
Es el más grande honor que he recibido yo en mi vida. Mi familia y yo estamos muy conmovidos con ese gesto que agradezco fundamentalmente a la Escuela de Historia. Fueron las autoridades de la Escuela de Historia las que propiciaron mi candidatura para el Doctorado Honoris Causa.
En particular le agradezco a la doctora Artemis Torres y a la licenciada Olga Pérez directora y secretaria de la Escuela de Historia, agradezco profundamente a la comisión de docencia del Consejo Superior Universitario encabezada por el ingeniero Agrónomo Mario Godínez y al CSU y al rector el que hayan tenido a bien el aprobar ese doctorado.
El significado para mí es muy profundo, yo en un momento pensé en 1979 que mi vida académica trascurriría en la Universidad de San Carlos de Guatemala, desgraciadamente como mucho otros académicos, tuve que salir del país huyendo porque me iban a matar, fue un período en donde fueron asesinados aproximadamente unos 400 universitarios entre estudiantes, profesores, trabajadores académicos, yo fui amenazado por el Ejército Secreto Anticomunista, junto a Alfonso Figueroa, Ricardo Juárez Gudiel y Jorge Romero Imeri y otros en una lista y pude salir con vida porque logré escabullir la acción de los grupos paramilitares que propiciaba el Gobierno y el Ejército de Guatemala, estos colegas no, ellos sí fueron asesinados.
De tal manera que el Doctorado Honoris Causa de la Usac, para mí no solo significa un reconocimiento a mi trayectoria académica sino es tener el más grande honor que un universitario puede recibir de la Usac, después de huir del país habiendo dejado la vida académica en las circunstancias que he mencionado.
¿El doctorado estará dedicado a alguien?
Sí. En mi discurso yo voy a dedicar ese doctorado a los 150 mil ejecutados extrajudicialmente durante los años del Conflicto y a los 45 mil desaparecidos en el país y por supuesto entre estos estarán mis propios padres, Carlos y Edna que fueron asesinados por la dictadura encabezada por Lucas García el 6 de junio de 1980.
¿Se siente como un profeta en su tierra?
Dicen que nadie es profeta en su tierra. Me siento muy valorado, siento que se ha reconocido el hecho de haber pasado ya muchos años en el extranjero. Pasé doce años en el exilio, sin poder entrar a Guatemala, pude entrar en 1992 y es el año en el cual doy por terminado mi exilio y considero que mi estadía en México es una opción voluntaria, tanto es así que le puedo decir que soy un hombre de dos patrias.
La que me vio nacer, Guatemala, y la que me salvó la vida, México. Creo que este reconocimiento que se ha advertido que durante todos estos años yo no rompí con mi patria de origen y he estado viniendo desde 1992 desde que logré entrar, dos y hasta cuatro veces al año a vincularme con actividades académicas deUsac, Flacso. He estado vinculado a las organizaciones sociales y políticas y al mismo tiempo que estoy involucrado en la vorágine de México, yo vivo muy pendiente de lo que está pasando en Guatemala. Esta patria que me vio nacer es una patria que cuenta conmigo.
[recuadro]¿Quién es Carlos Figueroa Ibarra?
Carlos Figueroa Ibarra es Doctor en Sociología, investigador Nacional Nivel II del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México. Profesor Investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor Emérito de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede Guatemala. Autor de varios libros y artículos especializados en materia de sociología política, sociología de la violencia y procesos políticos latinoamericanos y columnista de Diario La Hora.
Hoy en la tarde, se le conferirá en el Musac el grado de Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala.
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“La corrupción no tiene ideología ni una posición política”.
“En Guatemala al igual que en México la corrupción ha llegado a niveles verdaderamente indignantes”.
El tema de la corrupción es algo que no solamente está enfocado en el ámbito público sino también comprende a un sector privado.
Se tuvo que apelar a un organismo internacional independiente, ajeno a las presiones y corrupciones de la vida política nacional para poder generar todos estos efectos que se lograron.
Esta patria que me vio nacer es una patria que cuenta conmigo.
Carlos Figueroa Ibarra, sociólogo.