Por Eduardo Castillo
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La Defensa Migratoria tiene tres niveles en Estados Unidos (EE. UU.):
1) Ejecutivo de EE. UU.: El interés se centra en cumplir promesa de campaña. Guatemala no tiene moneda de negociación. Pedir un TPS o Reforma migratoria demuestra la ineptitud del Presidente de Guatemala.
2) Legislativo de EE. UU.: El interés se centra en DACA que solo beneficiará a 17,700 guatemaltecos de acuerdo a cifras de USCIS a septiembre 2017.
3) Judicial de EE. UU.: El interés se centra en deportar gente. Aquí está el grueso de los guatemaltecos enfrentados a Cortes de migración, Cortes locales, centros de detención, policía local e ICE. Se vive en temor diario de ser detenido y tener que pagar fianzas de 10 mil a 15 mil dólares para salir. El migrante debe demostrar con declaraciones juradas, denuncias en Ministerio Público, denuncias en Policía, denuncias en Procuraduría de Derechos Humanos y cualquier otro tipo de evidencia que su vida corre peligro.
Se carece de intérpretes indígenas que ayuden a los abogados de migración a preparar la defensa. Los jueces y fiscales de migración sí tienen sus traductores. 2% tienen probabilidad de ganar su caso. 98% quedan sujetos a retiro voluntario, deportación y rompimiento familiar no importando si tienen hijos.
El Ejecutivo de Guatemala brilla por su ausencia. Los 19 Cónsules no visitan las 62 Cortes migratorias ni los 112 centros de detención. Los Cónsules no hablan inglés o le tienen temor a hablar a autoridades norteamericanas. No existe protocolo de asistencia a menores en el exterior de acuerdo a la Convención de Viena Sobre Relaciones Consulares en su artículo 36 “b” y “c” donde el Estado de Guatemala no solo conoce el proceso de detención de un guatemalteco sino también preparar su defensa.
El presidente Jimmy Morales se mofa en la cara de los migrantes con su falta de voluntad. De qué le sirve tanto nacionalismo falso si no defiende su gente.
Haciendo uso de nuestro derecho de petición constitucional, solicitamos a los diputados del Congreso de la República de Guatemala, que en enero 2018 interpelen a la Ministra de Relaciones Exteriores, Viceministro de Migrantes, Embajador de Guatemala en Washington y 19 cónsules que están en EE. UU.
Para mientras, urge un “Protocolo de Asistencia en el Exterior” coordinado desde organizaciones civiles, líderes comunitarios, Iglesia, universidades, defensores de derechos humanos e intelectuales donde creemos círculos de apoyo a mujeres y niños migrantes.
¡Feliz Año Nuevo!