Lic. José Antonio Guardado Martínez
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Nada de especial debería de tener un mes del año. La globalización y el comercio con mensajes subliminales nos hacen caer en el fanatismo creando sentimientos encontrados en la vida de cada ser humano. En febrero se habla que es el Mes del Cariño y que es el mes más pequeño del año. Solo se habla del mes especial y si es especial hay que hacer un alto y no sólo hablar de calificativos.
Hablemos entonces:(1) AMOR A DIOS: “Amarás a Dios sobre todas las cosas, porque Dios es amor” y porque si no amamos a Dios cómo podemos amar al prójimo. Dios es amor, pero es fuego consumidor. Dios no es hijo de hombre para que mienta y ni hijo de hombre para que se arrepienta. Por eso amar al prójimo es poner en práctica el amor de Dios, (2) AMOR A LA NATURALEZA: Somos el peor enemigo de la naturaleza ya que el nivel educativo que traemos desde nuestros hogares demuestra el no amor a la naturaleza que nuestro Creador nos entregó diciendo que debemos enseñorearnos de ella misma sojuzgándola. Somos el animal más destructivo. El modernismo y las Urbes nos han alienado porque hemos llegado al grado que nos ofenden los árboles, animales y cuantas bellezas de nuestra madre naturaleza.
Depredamos a mansalva todo lo que a nuestro alrededor existe; pero no sembramos un árbol y no damos buen trato a los animales. Amor a la naturaleza es cuidar de ella, (3) AMOR A LA FAMILIA: Crecer y multiplicaos dijo Dios, pero todo en orden, engendrando y procreando, educando y dando buenos hijos e hijas a la patria. Decimos amar a la familia hasta que la perdemos o cuando nos apartamos de ella. Pero lo más duro se vive cuando por variables incontrolables ajenas a nuestra voluntad la dejamos o perdemos.
Hoy por hoy y con sentimientos encontrados fuera de mi patria extraño a esa familia que me vio nacer, crecer y que a lo mejor no me verá morir por ese odio de mentes foráneas que me obligaron a dejar a ese tesoro llamada familia, familia llámese mi hogar: esposa, hijos e hijas que no se pueda disfrutar como antes. El emigrar de manera obligada escapando por La vida me ha hecho entender y sentir el verdadero amor por la familia. Volveré no tan solo mentalmente a estar junto a ella, y (4) AMOR A LA PATRIA: Sin poder contener o retener lágrimas al escuchar el Himno Nacional de la patria que nos vio nacer es sacar a flor de piel el amor a la patria. Como migrante extrañamos lo nuestro: costumbres y tradiciones que por nada olvidamos y es de muchísima alegría encontrarnos con compatriotas al caminar por las diferentes calles donde nos encontramos.
SALUD A CENTROAMÉRICA. SALUD A MI PULGARCITO DE AMÉRICA, TE EXTRAÑO MI ISRAEL DE CENTROAMÉRICA. NO EN BALDE TE LLAMAS EL SALVADOR. LES AMO A MI MANERA.