Por Grecia Ortíz
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Tres guatemaltecas son el cimiento de una organización que trabaja con migrantes en Los Ángeles. Aunque cada una ha formado su destino, las tres tienen en común lazos de sangre y de cultura que buscan fortalecer a través de la asociación Generaciones en Acción y del libro “Hilos que Tejen” .
Patricia Veliz Macal relató a La Hora Voz del Migrante que llegó a Estados Unidos en 1990, con sus dos hijos menores de edad. Su idea era reunirse con su esposo y así unificar su hogar, aunque eso significó dejar a familia y amigos en Guatemala. La entrevistada ya poseía estudios de teatro y comunicación previó a migrar.
En un inicio, sentimientos de miedo y tristeza la invadían al sentirse alejada de su realidad: “Al venir acá uno no es nada, uno no tiene conocimiento del idioma ni de las calles, ni conoce los recursos, ni siquiera la ciudad o la cuadra a donde usted llega el primer día que llega a Estados Unidos”, dijo.
Con el tiempo, su matrimonio se debilitó y se separó de su esposo. Cuando eso sucedió, ya contaba con el apoyo de su hermana y su mamá, quienes decidieron seguirla para estar a su lado.
“Mis hijos fueron muy afortunados porque, a pesar de que el papá ya no vivía con ellos, vino la tía y la abuelita a apoyar, y eso es una bendición grandísima”, señaló.
En 1997 comenzó a trabajar con temas de género y desarrollo. Además, obtuvo su licencia como Coaching Ontológico, que sirve para apoyar el desarrollo y las metas de las personas. En esos años obtuvo el apoyo de su madre para hacer conciencia sobre el VIH en mujeres.
Con el tiempo se dio cuenta de que se puede generar lazos de amor y hermandad con otras personas que no son familia sanguínea, pero que siempre están presentes cuando se les necesita. Entonces, decidió que era necesario escribir las historias de migrantes, porque en las bibliotecas muchas veces solo hay narrativas de personajes célebres, pero no existe una identificación y conexión con ellos.
Veliz decidió proponer a algunas de sus conocidas que contaran sus historias y así fue como nació el libro “Hilos que Tejen”, que inició en 2013 y fue publicado en noviembre de 2015. Tanto su hija como su mamá participaron con las entrevistas.
“Fueron 22 mujeres de diferentes países. Se entrevistó a cuatro diferentes países como lo es El Salvador, Guatemala, Honduras y México, y las 22 mujeres debían tener un perfil de más de 20 años viviendo en Estados Unidos”, dijo.
El libro tiene el objetivo de crear una herramienta de transformación para las mujeres inmigrantes, para que en las historias se refleje su lucha. Posteriormente crearon la fundación Generaciones en Acción.
LAS BARRERAS SOLO EXISTEN EN LA MENTE
Amanda Macal, madre de Veliz, contó que su sueño siempre fue estudiar arte dramático, meta que logró con el apoyo de su hija.
“Empezamos nuestra carrera de madre e hija, amigas de estudio. Al venirse ella, pues con el tiempo ya me vine yo para acá –Estados Unidos-, y haber estudiado arte dramático nos unió porque ella siempre trabajó con mujeres y hacía presentaciones. En cada taller que daba se hacía una presentación del tema”, dijo.
Cuando decidieron ayudarla con el libro, aprovechó su experiencia como secretaria para hacer las entrevistas, puesto que escribía todo en taquigrafía.
Macal considera que las barreras solo existen en la mente y que las mismas pueden ser superadas por todos.
Su pasión es leer y para no repetir títulos prefiere acudir a la biblioteca en donde existe más variedad. Además, Macal disfruta de cocinar. Su comida favorita son los frijoles, al igual que el pepián.
El resto de sus hijos viven en Guatemala, pero eso no significa que estén lejos, porque hablan constantemente. “Mientras hay comunicación no hay distancias”, dice.
SIEMPRE TIENE PRESENTE LA CULTURA DE GUATEMALA
En tanto Carla Osorio, hija de Veliz y nieta de Macal, de 31 años, comentó que la mayor parte de su vida ha residido en Estados Unidos, además cuenta con estudios universitarios que ha ido desarrollando y que ha logrado gracias al apoyo de su familia.
Al igual que su mamá y abuela, Osorio es muy cercana a la comunidad migrante, no solo de Guatemala sino de otros países. Asimismo aseguró que aunque viven en el extranjero eso no quiere decir que se haya olvidado de dónde es originaria y siempre tiene presente la cultura. “En la Asociación Generaciones en Acción hablamos de nuestros ancestros y de dónde venimos, y para mí es importante eso”.
En la actualidad labora en un Colegio Comunitario como trabajadora social y ayuda a su familia con la organización recién creada el año pasado. Osorio sabe hablar inglés y español; ahora también está aprendiendo el idioma maya quiché.
Además de su trabajo en conjunto a migrantes, a Osorio le apasiona trabajar en productos ambientales y orgánicos. Su pasatiempo favorito es realizar caminatas.
“Fueron 22 mujeres de diferentes países. Se entrevistó a cuatro diferentes países como lo es El Salvador, Guatemala, Honduras y México, y las 22 mujeres debían tener un perfil de más de 20 años viviendo en Estados Unidos”.
PATRICIA VELIZ“Empezamos nuestra carrera de madre e hija, amigas de estudio. Al venirse ella, pues con el tiempo ya me vine yo para acá –Estados Unidos-, y haber estudiado arte dramático nos unió porque ella siempre trabajó con mujeres y hacía presentaciones. En cada taller que daba se hacía una presentación del tema”.
AMANDA MACAL“En la Asociación Generaciones en Acción hablamos de nuestros ancestros y de dónde venimos, y para mí es importante eso”.
CARLA OSORIO