POR GUILLERMO CASTILLO
[email protected]
En un esfuerzo de seguir ejemplificando el cumplimiento de la ley entre Estados Unidos y Guatemala expongo:
Cuando un adulto sale sentimentalmente con una niña de 13 años y existe evidencia, es suficiente para que los profesores y director en la escuela, padres o cualquier ciudadano presente una denuncia donde la policía detenga al adulto y la corte pueda deducir cargos criminales sexuales grado 2. Si en dado caso el padre o madre no presenta la denuncia, pero la escuela o un ciudadano si lo hace, entonces los padres pueden parar en la cárcel por permitir que la menor de 13 tenga una relación sentimental con un adulto. En palabras simples, la ley es muy severa en Estados Unidos y muchos se aseguran de cumplirla. En comparación, si esa misma niña de 13 años sale con un adulto en Guatemala, seguramente nadie hará nada en la escuela, ni policía, ni corte, más bien hasta pueden vivir juntos. Diferencia abismal.
Si se hiciera una equivalencia en al ámbito electoral, en Estados Unidos son muy rigurosos con los aportes financieros de campaña, en especie o dinerarios. En cambio en Guatemala, cualquier narco, crimen organizado, mara o corrupto puede financiar campaña de alcaldes, diputados y presidenciales sin registrar nada, de manera anónima, en efectivo o especie. El ente rector electoral es demasiado soberbio en su ego como para tener la humildad de aceptar que debe elevar el estándar de fiscalización. El primer paso de un drogadicto o alcohólico para recuperarse es reconocer que tiene un problema, de lo contrario es perder tiempo y proteger corruptos con ceguera intencional y falta de voluntad política.
Aunque estamos claros que el pecado original de la democracia Guatemalteca es el “financiamiento electoral anónimo e ilícito de partidos políticos”, vale la pena preguntarse si la fruta prohibida es jugar las cartas de una Magistratura del TSE 2020. Cariño quiere cariño dicen por ahí.
Ya para despedir, expongo un último ejemplo: ¿Si el padre es irresponsable y rector indiferente, de quien es la culpa que los hijos (partidos políticos) roben y hagan fiesta con dinero ajeno?
Cuando los ciudadanos somos más exigentes y duros, que el mismo ente rector electoral, algo está mal. Cuando el rector está acostumbrado a su oficinita cómoda, su chequecito y no están dispuestos a remangarse la camisa para hacer cumplir la ley, se debe cambiar a quien preside.