Por Marvin S. Otzoy
[email protected]
Los recientes acontecimientos suscitados ante la crisis política e institucional en el país son consecuencia de una guerra política basada en la desinformación mediática, discursos incoherentes de quienes se sienten perseguidos por su propia conciencia, y quienes han visto en la confusión que pretenden infundir una pizca de esperanza por salir airosos de la batalla de su vida.
La aplicación de la ley debe ser igual para todos. El poder para aplicarla el pueblo la ha delegado, la ha prestado a los funcionarios de turno quienes la ejercen. No hace sentido alguno que exclamen a los cuatro vientos que han sido popular y democráticamente electos, entonces por qué sus actos no corresponden a lo que la población demanda. Sencillamente le dan la espalda a los populares y democráticos electores. Así ha sido la historia que se ha vivido y que tristemente se ha aceptado debido a la indiferencia. Se ha tocado fondo ¿Cómo salir del abismo?
Se saldrá de la peor crisis que una nación puede sufrir si se busca un Pacto de los Buenos, en donde en base al diálogo, la tolerancia, la inclusión participativa, seamos capaces de ponernos de acuerdo y aceptar que la solidaridad y el respeto para con el ser humano que está en nuestro entorno, nos llevará al desarrollo, a la tranquilidad y a la ansiada libertad que abanderan persuasivamente las ideologías. Sí es normal que la transparencia, la honestidad y la constancia del buen actuar sean las veredas que nos conduzcan a la paz en sociedad.
Esto sí es sentido común ¿será utopía? Eso lo decidimos cada uno de nosotros con nuestro proceder si lo es o no.
Ahora si a lo anterior se le adiciona un Pacto de Migrantes para fortalecer los valores y principios con una renovada visión de entender las cosas, sería un fortalecimiento de lujo. Esto porque la comunidad de migrantes cada vez influye más en el país, es un hecho que no se puede negar. Cada año Guatemala recibe más millones de remesas.
Recientemente y de manera oficial se comunicó que a la economía nacional en 2018 ingresaron $9,287.8 millones de dólares, superando sin duda lo que todo el país recauda en impuestos al año.
Para transformar esta influencia económica a una influencia política y social, no queda otro camino que la participación e inclusión migrante en decisiones de estado. Pero un estado de derecho que se debe ayudar a fortalecer, una democracia que hay que apoyar con madurez. Marcar la visión de la economía del país a mediano y largo plazo y hacer productivo el aporte de las remesas.
Actualmente y de costa a costa en la nación norteamericana se sabe de sobra que los grandes y alarmantes males del subdesarrollo guatemalteco radica en el cáncer llamado corrupción e impunidad. Y de eso mucho ojo a las listas de nombres que se harán públicos este 20 de enero de 2019, donde saldrán a luz nombres de personas sin escrúpulos que sigue engañando a la población. Se conocerán pronto.
Esa lista debe ser motivo de reflexión y decidir si le vamos a los de siempre o de una vez decididamente formamos el Pacto de Los Buenos y el Pacto de Migrantes. Insisto: porque los buenos somos más, estamos llamados a renovar los liderazgos con visión.