POR MARIELA CASTAÑÓN
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La discriminación e incluso el rechazo por parte de las propias familias, provoca que personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, e intersexuales (LGBTI) busquen alternativas de sobrevivencia fuera de sus contextos sociales, emigrando a nivel local e internacional, además de dedicarse al trabajo sexual como medida de subsistencia y exponiéndose a otros riesgos, según un análisis realizado en un taller de capacitación regional de migración y poblaciones LGBTI.
La Dirección General de Migración y el Organismo de las Naciones Unidas para la Migración (OIM), con colaboración de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PMR) del Departamento de Estado, de Estados Unidos, llevaron a cabo el taller de capacitación “Migración y Poblaciones LGBTI” en junio de este año en Guatemala, donde se documentaron en una memoria de labores, los riesgos vulnerabilidades y derechos humanos de las personas LGBTI.
“Se reconoció la discriminación social hacia la población LGBTI en la región e incluso que este rechazo va desde sus propias familias, así como por parte de personas funcionarias públicas. Este repudio conlleva que las personas LGBTI busquen alternativas de sobrevivencia fuera de sus contextos sociales, emigrando interna e internacionalmente, así como tener que dedicarse al trabajo sexual como medio de subsistencia, debido a las dificultades para acceder al mercado laboral, entre otras alternativas”, explica el documento.
En tanto, a partir de la discusión del caso de una mujer transexual que fue víctima de trata de personas, se analizaron los riesgos y el limitado acceso a la garantía de derechos desde el país de origen, el rechazo de la sociedad e incluso de la propia familia, que hace que la población LGBTI y en especial las personas transexuales sean más vulnerables a la trata de personas, en tanto, se discutió sobre la migración internacional –a menudo irregular- que realizan muchas veces estas poblaciones desde muy temprana edad, a causa de la falta de acceso a sus derechos.
“Se enfatizaron las dificultades que conlleva asumir una orientación sexual o identidad de género diversa en una sociedad que excluye de derechos a toda aquella persona que se sale de la norma. En resumen, ser una persona lesbiana, gay, bisexual, trans o intersex va más allá de ser o no aceptada. Implica una inseguridad jurídica que dificulta el acceso a los derechos económicos, sociales y culturales”, resalta el documento.
FALTA DE ACCESO A LA EDUCACIÓN Y EL TRABAJO
De acuerdo con Claudia Maselli, procuradora adjunta de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), las personas LGBTI migran buscando lugares más seguros para vivir, pero desafortunadamente no siempre los encuentran, además, también lo hacen por falta de acceso a la educación y a un trabajo formal.
“Se han identificado distintos testimonios, en donde personas LGBTI migrantes, principalmente hombres gais y mujeres trans, realizan esta migración para subsistir en lo que ellos denominan trabajo sexual de forma individual y voluntaria, a pesar de ser motivados a la falta de acceso a la educación o a un trabajo formal, que son las condiciones sociales económicas en las que Guatemala no ofrece condiciones ni para miembros de esta comunidad, ni para otras personas”, lamenta Maselli.
Según la Procuradora Adjunta, la edad, género y realizar un trabajo sexual en la clandestinidad coloca a estas personas en mayor vulnerabilidad a ser víctimas de trata o hasta ser asesinados.
La entrevistada dice que desde el año 2015 la PDH acompaña a personas transexuales víctimas de trata de personas, donde varias de ellas eran personas migrantes de Centro América.
La oficina del Procurador ha remitido denuncias al Ministerio Público (MP) por casos de trata de personas a personas LGBTI, en tanto en el 2016 recibieron trece denuncias por discriminación y este año ocho por el mismo delito.
PROPUESTAS
En el taller realizado en junio pasado se propusieron acciones para atender a la población LGBTI migrante, por ello, se planteó crear una mesa de trabajo permanente en el tema y capacitar a instituciones gubernamentales.
Además, generar espacios transicionales para personas LGBTI en delegaciones migratorias, incidir para la inclusión del tema en el Reglamento del Código Migratorio, incluir el tema de migración y de estas poblaciones dentro de una malla curricular de capacitación del Instituto de Migración.
“Se han identificado distintos testimonios, en donde personas LGBTI migrantes, principalmente hombres gais y mujeres trans, realizan esta migración para subsistir en lo que ellos denominan trabajo sexual de forma individual y voluntaria…” Claudia Maselli, procuradora adjunta