Pbro. Mauro Verzeletti, C. S.
Director de la Casa del Migrante Guatemala y El Salvador
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El populismo de extrema derecha de dirigentes políticos de muchas naciones del mundo a través de sus falacias, catalogan a los migrantes de terroristas. Posición política demagogia y mentirosa, sin fundamento de gobiernos defensores del mercado globalizado sin fronteras. La situación se pone aún más compleja porque muchos ciudadanos conservadores han adherido actitudes de discriminación y xenofobia hacia los migrantes y refugiados, aceptando discursos de políticos racistas que ratifican de forma mediática que hay que detener los flujos migratorios, aplicando leyes restrictivas y anulando el derecho a migrar a través de la construcción de muros.
De hecho, con el avance de la extrema derecha en todos los países del mundo, los posicionamientos, las acciones y palabras de los representantes del poder político conservador, demuestra claramente la idea de que entre -migraciones y terrorismo- existe una conexión recíproca, y a la vez son una amenaza para la seguridad de las naciones receptoras de personas que buscan la protección internacional. Los grandes flujos migratorios del siglo XXI son la evidencia de la pobreza y violencia por causa de la estructura social injusta. Por eso, muchos políticos bajo la retórica de la necesidad de construir muros para garantir la seguridad imperialista, implementan medidas drásticas porque son parte de la voz de ciertos grupos de ciudadanos poderosos antiinmigrantes.
El peligro del proselitismo político reside en la tentativa de transformar el derecho de los migrantes en un clima de miedo, inquietud y amenaza, en donde todos los migrantes son puestos bajo el paraguas del terrorismo. El pánico generalizado engendrado por políticos constituye un terreno fértil para conquistar votos de electores que fácilmente se dejan manipular. El ejemplo claro es lo que ha sucedido en Estados Unidos, en varios países de la Unión Europea y de América Latina. Esto ocurre frecuentemente en tiempos de crisis económica, con políticos y empresarios mal intencionados con la promesa de un proyecto para salvar la patria, para así culpabilizar los migrantes y refugiados de los males sociales; por lo tanto, todos los discursos políticos van en la vía del fundamentalismo, nacionalismo, totalitarismo y populismo -camino que ha conducido al poder figuras de extrema derecha fascistas, como Hitler, Stalin, Trump y Bolsonaro…, etc.
Al termino de los procesos electorales y con la llegada al poder del derechismo, existen apoyos recíprocos entre políticos y sectores sociales ultraconservadores; luego concretizan sus promesas con leyes inhumanas, mientras tanto muchos ciudadanos apoyan acciones encaminadas hacia la fobia, para culpabilizar y criminalizar los migrantes y refugiados. Indudablemente, las acciones de atención, protección, inserción, intercambio cultural y solidaridad internacional, permanecen aisladas como voces en el desierto.