Por Redacción La Hora
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La agencia de noticias AP, reveló hace unos días la historia de Armando Tabora, un hondureño quien busca desesperadamente sacar a su hija de un centro de detención de inmigrantes del gobierno, en donde según señalan, la adolescente permanece desde hace más de tres meses.
La publicación detalla que Tabora se atrevió a ir a una oficina del gobierno para entregar sus huellas dactilares y documentos requeridos a inmigrantes que intentan recuperar a niños bajo custodia del gobierno. Sin embargo, esta acción no fue suficiente.
El migrante relató a AP que además, le dijeron que debía pedirle a la mujer que le alquila un cuarto en su casa que también presentara sus huellas dactilares, a lo que la mujer se negó.
Tabora también buscó que sus amigos; que viven legalmente en el país lo ayudaran, pero por temor tampoco quisieron.
“Ya no sé qué hacer”, dijo Tabora, un hondureño de 37 años que ha vivido más de una década en las sombras sin ser detectado por las autoridades. “Mi hija está desesperada, llorando, quiere salir de ahí ya”.
La historia de Tabora, es solo una muestra de la odisea que viven los padres de los niños migrantes que permanecen en distintos albergues de Estados Unidos, tras haber sido separados de sus familiares en su intento de una vida mejor en ese país.
AP destacó que como parte de una política migratoria mucho más estricta, el gobierno del presidente Donald Trump ha impuesto normativas más severas y una exhaustiva investigación para que las familias puedan recuperar a estos niños, lo cual genera temor en quienes proporcionan sus datos a las autoridades.
De acuerdo a la agencia, la información puede ser compartida con la Policía de Inmigración y Aduanas (conocida como ICE por su nombre en inglés), algo que no sucedía anteriormente.
Según datos del ICE, durante los últimos días, han arrestado a unos 41 patrocinadores de niños desde que la agencias comenzaron a compartir la información, en junio pasado.
Abogados y activistas dijeron a AP que este cambio ha tenido como efecto que menos personas que viven ilegalmente en el país se atrevan a pedir a sus hijos o familiares por temor a ser deportados.
En Estados Unidos, las familias ya no saben cómo hacer para cumplir los requerimientos para que sus hijos les sean devueltos. Además, los menores pasan más tiempo detenidos bajo custodia del gobierno.
De acuerdo a la agencia de noticias, más de 12 mil menores se encuentran actualmente en refugios del gobierno, comparados con los 2 mil 400 reportados en mayo del 2017. Asimismo destaca que el promedio de días que esos menores pasan detenidos se ha incrementado de 40 en 2016 a 59 días en 2018, de acuerdo con información de las autoridades estadounidenses.
La publicación resalta que el tema ha ganado importancia en los últimos cinco años, cuando decenas de miles de niños no acompañados de El Salvador, Guatemala y Honduras comenzaron a cruzar la frontera.
GUATEMALTECOS TAMBIÉN ENFRENTAN TEMORES
AP, relató la historia de Adán, un guatemalteco de 27 años que vive en el sur de la Florida y que se esforzó para que su hermana de 17 años recuperara la libertad. El connacional dijo que completó todos los pasos del proceso y el gobierno le dio la custodia de la menor. Sin embargo, ahora quiere cambiar de domicilio.
“Más adelante me voy a mudar para más seguridad”, dijo el joven jardinero en referencia al hecho de que ICE sabe dónde vive. El migrante pidió a AP mantener su apellido en el anonimato por temor a las autoridades.
EL RIESGO POR RECUPERARLOS
Los requerimientos legales para recuperar a los menores en resguardo, incluyen; entre otros requisitos, la entrega de huellas dactilares por parte de todos los adultos en el hogar donde vivirá el niño migrante.
Desde octubre de 2014, el gobierno estadounidense ha reunido a más de 150 mil menores no acompañados con sus padres o con otros adultos patrocinadores que se espera cuiden de ellos y los ayuden a acudir a la escuela mientras intentan obtener un estatus legal en los tribunales de inmigración.
Con información de AP