Washington
DPA
Una fuerte tormenta invernal con vientos huracanados causó al menos cinco muertos en la costa noreste de Estados Unidos, donde además dejó inundaciones y daños considerables.
Más de 3 mil 300 vuelos fueron cancelados y más de un millón de personas estaban hoy sin electricidad. Los estados de Nueva Jersey, Virginia y Massachusetts son los más afectados hasta el momento tras haber sufrido fuertes lluvias y nieve. Partes de Boston y pequeñas ciudades costeras han sufrido inundaciones.
La tormenta afecta a todos los estados desde Virginia hasta Maine. En el norte del estado de Nueva York, en la frontera con Canadá, cayeron más de 30 centímetros de nieve.
Las autoridades instaron con urgencia a las personas a permanecer en lugares seguros. El servicio meteorológico calificó la tormenta como un “acontecimiento de vida o muerte”.
“Esta es una de las tormentas más extremas en tiempos recientes”, indicó la agencia de emergencias del estado de Massachusetts. El gobernador de este estado, Charlie Baker, llamó a la población a no resistir en caso de ser evacuados.
“Llevamos viviendo aquí 35 años. Nunca habíamos visto algo así”, dijo a “The Washington Post” Kevin Hufnagle, de la localidad de Marshfield, situada 50 kilómetros al suroeste de Boston.
La tormenta inusitadamente larga continuaba hoy. CNN informó de la muerte de cinco personas al caerles encima árboles: un hombre y un joven en Virginia, una mujer en Maryland, un niño en el estado de Nueva York y un hombre en Rhode Island. En Boston la gente salía remando en kayaks por la calle y en la vecina Quincy hubo que rescatar a 50 personas.
La empresa ferroviaria Amtrak canceló la circulación de trenes en la costa este. Muchas escuelas no abrieron sus puertas y automóviles, tejados y andamios se vieron dañados, como en la localidad de Scituate, donde el agua entró hasta el centro.
El presidente Donald Trump no pudo realizar un vuelo de servicio desde la base militar de Andrews, como es habitual, porque la pista de despegue allí está situada en mala dirección para el fuerte viento que soplaba. El mandatario tuvo que desplazarse hasta el aeropuerto internacional de Dulles para poder despegar desde allí.
En Washington DC, museos, el zoo y edificios públicos no abrieron sus puertas y numerosos trabajadores gubernamentales se quedaron en casa.
Los meteorólogos llaman a este tipo de tormenta “ciclón bomba”, un término que describe la rapidez con la que la presión atmosférica se desploma.