POR MARCOS ALEMÁN/AP
SAN SALVADOR
Pasadas las elecciones, los dos titanes que gobernaron El Salvador los últimos 30 años se sentaron a pesar que esta vez se les escapó el poder de las manos.
Después de tanto tiempo al frente del país, la derrota pudo parecer inesperada. Tanto para muchos analistas como para los partidos Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el joven empresario Nayib Bukele, vencedor en los comicios y próximo presidente del país, solo existía en las redes sociales y sus seguidores apenas eran unos cuantos troles.
Los salvadoreños plasmaron en las urnas lo que por más de un año habían pronosticado las encuestas: con el 53,02 por ciento Bukele –al frente de la derechista Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA)– superó en las votaciones a Carlos Calleja, postulado por una coalición de cuatro partidos encabezada por la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó el país de 1989 a 2009 y que buscaba volver al poder, pero apenas recibió el apoyo de 31 por ciento del electorado.
Por su parte, el canciller Hugo Martínez, del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), alcanzó el 14,4 por ciento y su partido recibió el segundo revés consecutivo después de la derrota en las elecciones municipales y legislativas de 2014. El Frente buscaba su tercer gobierno después que alcanzó el poder con el periodista Mauricio Funes en 2009 y Salvador Sánchez Cerén en 2014.
Hoy Funes es requerido por la justicia para que responda por los delitos de peculado y lavado de dinero y activos, y Sánchez Cerén deja el cargo con una gran desaprobación: de acuerdo a una encuesta de Cid Gallup publicada en enero, su administración es la peor evaluada desde 1988 y tiene un índice negativo de 19 puntos.
PERDEDORES DICEN QUE REFLEXIONARAN
El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del partido Arena, Mauricio Interiano, anunció que comenzarán un proceso de reflexión para hacer las modificaciones que sean necesarias, mientras diputados y dirigentes del partido exigen cambios profundos. “El pueblo salvadoreño habló y hemos escuchado y nos toca hacer una reflexión y para eso en los próximos días estaremos anunciando las medidas”, manifestó a los periodistas.
A su vez, el presidente de la Asamblea Legislativa, Norman Quijano, y uno de los prominentes dirigente de Arena, dijo que “tenemos que entrar en un proceso de reflexión profunda de que es lo que tenemos que hacer para que los compatriotas cifren las esperanzas en nuestro partido. Eso es fundamental”.
El alcalde capitalino, Ernesto Muyshondt, fue más directo y dijo que “debe haber un equipo de transición… Tenemos que reflexionar y hacer las reformas para salir adelante” y advirtió que “si Arena no reforma eso, va a tener el mismo camino que el FMLN”.
No sólo Arena sintió los golpes de los votantes. El FMLN, que ganó las presidenciales de 2014 con 1.495.815 votos, apenas logró 377.404 en esta ronda electoral, o sea, más de un millón menos.
La excomandante guerrillera y ahora diputada del FMLN, Nidia Díaz, es una de las pocas dirigentes del partido que ha salido a dar la cara, y adelantó que podrían darse cambios aunque evitó confirmar si se retiraría la alta dirigencia del partido. “Vamos a empezar un proceso de crítica interna, es decir, reflexión y tomar las medidas de rectificación necesaria, ¿Cuáles medidas?, no lo puedo adelantar, va a ser lo que la militancia de nuestro partido indique”.
“Hay una lección que debemos estudiar a fondo”, sentenció el diputado del FMLN, Carlos Ruíz.
UN FUERTE MENSAJE DEL PUEBLO
El director de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), Roberto Rubio, afirmó que en estas votaciones “han recibido un mensaje fuerte de la gente, un mensaje de castigo al Frente y es igual para Arena”.
Por su parte, el comandante guerrillero y ahora profesor de la Universidad Luterana, Dagoberto Gutiérrez, que después de la firma de los Acuerdos de Paz después del fin de la guerra civil (1980-1992) abandonó el partido y asegura que dejaron de lado sus ideales de luchar por el pueblo. Sostuvo que el FMLN y Arena “son aparatos políticos oligárquicos y aparatos políticos de derecha, incapaces de entender lo que ha ocurrido porque son propiedades privadas de diferentes grupos y lo ideal es que desaparezcan”.
BUKELE SERÁ PRESIDENTE
El presidente del TSE, Julio Olivo, dijo que en los comicios del domingo participó el 51,88 por ciento de los 5,2 millones de salvadoreños habilitados para sufragar en el país. Casi seis mil personas votaron desde el exterior.
“El TSE, como máxima autoridad en materia electoral, da por cumplida la misión correspondiente a las elecciones 2019, la misión encomendada tanto en los escrutinios preliminares como en el escrutinio final al haber garantizado el ejercicio del sufragio”, agregó.
Bukele es un exitoso empresario que a los 18 años creó una agencia de publicidad, se inició en la política abrazando la bandera roja de los exguerrilleros y se catapultó a lo más alto de la popularidad.
Su nombre comenzó a sonar en 2012, cuando fue elegido alcalde del pequeño municipio Nuevo Cuscatlán. Tres años después ganó las elecciones en San Salvador y sus obras ayudaron a verlo como el candidato presidencial más viable del Frente. Las aspiraciones políticas del candidato de 37 años parecieron tambalearse cuando sus cada vez más frecuentes críticas al FMLN y al presidente Salvador Sánchez Cerén lo llevaron a la expulsión del bloque acusado de violar los principios del partido.
“Básicamente ellos tenían miedo”, respondió Bukele a The Associated Press cuando se le preguntó el motivo real de la expulsión.
Algunos pensaron que ésa sería su muerte política, pero no desistió y en tiempo récord formó el movimiento Nuevas Ideas, aunque encontró trabas para inscribir a su partido y casi queda fuera de la jugada.
Se unió al partido Convergencia Democrática, pero el organismo electoral lo canceló. Cuando todo parecía perdido y faltaban sólo dos horas para que terminara el plazo para inscribirse como aspirante a candidato, Bukele hizo una jugada maestra y logró un acuerdo con el conservador partido GANA, bloque frente al cual ganó en primera vuelta las votaciones presidenciales.
Ya declarado ganador de las elecciones, ahora Bukele tendrá que empezar a cumplir con sus promesas, en especial la carta fuerte de la campaña: la creación de una Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador para terminar con la alarmante corrupción.