POR DOUGLAS GÁMEZ
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Desde la Redacción que hace posible La Hora Voz del Migrante, impulsada por su cercanía con la comunidad migrante y las familias menos favorecidas en Guatemala, no podemos hacernos de la vista gorda del lapidario pronunciamiento que hizo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al-Hussein, luego de su visita a Guatemala.
Una vez más una misión internacional nos recuerda que el futuro es oscuro y poco alentador para los guatemaltecos si no tomamos cartas en el asunto y actuamos. Esa realidad de “dos Guatemalas” que describe el Alto Comisionado, es fundamental para entender la desigualdad y las ansias de muchas personas por migrar.
Reitero lo dicho en mi columna anterior, el Gobierno y Congreso están empecinados en acabar la lucha contra la corrupción, sus esfuerzos y tiempo están enfocados en lograrlo, no les importa impulsar las reformas que el país necesita y dar el timonazo para que esta nave enderece su camino.
Las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos que nos quieren vender como el gran logro de las manifestaciones posteriores al Día de la Infamia y la declaratoria de non grato del comisionado, Iván Velásquez, no son más que vueltas en círculos que nos harán caer al mismo punto del que partimos.
En especial los diputados, no son unos tontos como quieren aparentar, entre esa “ingenuidad” demuestran que se están jugando el todo por el todo por mantener el sistema.
Ese sistema podrido y obsoleto que nos tiene aún en una “encrucijada”, de la cual avanzamos o caemos en la conformidad y aceptación.
Ya lo dije, es bueno saber que no contamos con un Presidente capaz, y como lo he expuesto en párrafos anteriores, unos diputados astutos que esconden en sus declaraciones vacías y controversiales intereses oscuros, pero es ahí donde la comunidad migrante debe resaltar.
Todos debemos participar del cambio, pero primero debemos hacer un examen interno, ver los propios males, buscar transformaciones internas, al mismo tiempo trabajar en la unidad de la comunidad migrante guatemalteca, que aún le falta tener más cohesión.
Esa primera unidad entre los migrantes puede reflejarse en los que se quedaron en este país, y así empezar a buscar la manera de balancear y hacer frente a esas minorías, ciegas por cierto, que mencionó el Alto Comisionado; pequeños pero que han hecho mucho daño al resto de guatemaltecos.