Eduardo Castillo
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Para entender las decisiones políticas de Estados Unidos 2016-2020 se debe analizar tres estratagemas: 1) Movimiento Tea Party; 2) Movimiento de RNC – Comité Republicano Nacional; y 3) Los votos electorales, que son diferentes al voto popular. En los tres casos se centra en elecciones de 2020 de Estados Unidos (EE. UU) cuyo énfasis es seguridad en 1er, 2do y 3er lugar.
Para un serio análisis estratégico y táctico se debe analizar la agenda de Tea Party en la Casa Blanca que consiste en: 1) Salirse de algunas guerras; 2) Fortalecer negocios norteamericanos; 3) Endurecimiento de procesos de migración; 4) Agenda antiglobalista; y 5) Agenda fuera de Naciones Unidas. Estos esfuerzos del Ejecutivo de EE. UU no necesariamente están alineados a los esfuerzos del Congreso norteamericano.
Un primer ejemplo es el del Senador Rand Paul de Kentucky, Tea Party, neófito en temas de razones de migración centroamericana, pero que acciona en contra de la comisión contra la impunidad en Guatemala y en detrimento de los objetivos de la misma ley de apropiaciones consolidada 2019-2020. Ahora, al Senador no le importa lo que suceda en Guatemala y usa la retórica política del miedo de “migrantes” para garantizar los votos duros de su electorado. Lo único que hizo el Senador es debilitar el Estado de Derecho en Centroamérica en vez de centrar el interés en reducir la migración y asegurar las fronteras primero.
Un segundo ejemplo es el de algunos empresarios guatemaltecos que generan su dinero “privado” a partir de corrupción del Estado de Guatemala, en vez de centrarse en un libre mercado internacional que genere divisas y donde el Estado no intervenga. En este caso, esos empresarios corruptos, aducen que el FBI, DEA y otros vaqueros del norte serán los nuevos comisarios de Guatemala. Nada está más lejano de la realidad porque estas instituciones están creadas para fortalecer la seguridad norteamericana y nunca un sistema de justicia, ni sistema de Cortes, ni luchar contra corrupción para que les resuelvan la vida a ciudadanos de otros países. Los norteamericanos no aceptaran que sus impuestos sean utilizados para enviar agentes especializados de forma permanente. No hay que confundir, la ayuda en una investigación de un caso específico, con una designación permanente de agentes. Son cosas diferentes.
Un tercer ejemplo es el del presidente Jimmy Morales que ha sabido jugar algunas cartas para protegerse. Primero fue mover la Embajada de Guatemala a Jerusalén. Ahora le toca apoyar la intervención en Venezuela.
Un punto de reflexión es que los grupos que han luchado contra la corrupción e impunidad, 2015-2019, se han dispersado en elecciones de Guatemala 2019. Ningún partido político ha podido capitalizar el descontento social. Nunca existió madurez política de encontrar acuerdos mínimos. La derecha moderada se cerró. La izquierda priorizo una agenda ideológica. Ambos están en jaque, como sucedió en Honduras. Mientras tanto el #PactoDeCorruptos ganara la batalla. Se incrementara las caravanas de migrantes y será la gasolina para para la retórica en elecciones de EE. UU en 2020. En palabras simples, el pueblo guatemalteco y los migrantes son conejillo de indias, donde no importa el sufrimiento, separación mutilación, secuestro, violaciones, trata o muerte de centroamericanos, media vez sirva para ganar votos en elecciones.
Invito a que todos los que luchamos contra la corrupción e impunidad, que deseamos el desarrollo económico para clases medias y bajas, el fortalecimiento de la justicia y unidades de investigación criminal fuertes, encontremos acuerdos mínimos alineados a la H.J. 31 Sec. 7045 “Estrategia de Estados Unidos para Centroamérica”. Cualquier otra agenda es navegar contra corriente, sin ningún eco en el norte. Es como tirar un galón de agua al mar y esperar que el nivel del mar se eleve. Nada sucederá.